Cuando éramos pequeños, carecíamos de la suficiente habilidad mental para entender a otras personas.
Las opiniones y creencias de los demás nos eran ajenas.
Éramos, en otras palabras, unos egocéntricos.
Jean Piaget, un psicólogo suizo, hizo un importante estudio sobre el desarrollo del niño. Y observó que, los niños pequeños (menores de 8 años) parecían cognitivamente incapaces de tomar la perspectiva de otra persona.
Pero a medida que crecemos, este egocentrismo va dejando espacio a lo desconocido.
Vamos aceptando la vida en sus diferentes tonalidades.
Algunos se vuelven más humildes y modestos, y logran vivir en armonía y plena conexión con la vida.
Otros parecen quedarse estancados en la idea de que son más importantes y válidos que los demás.
Pero la mayoría se mantiene entre el limbo de éstas dos. Aceptando solo parte de las perspectivas de los demás.
Y no llegan a sentir una profunda conexión y empatía por la humanidad.
¿Qué relación tendrá esto del egocentrismo con la consciencia y sus diferentes niveles?
¿Tiene remedio la egocentricidad?
En este artículo hablaremos de los 4 niveles de consciencia.
Y te presentaremos una práctica pura, simple y eficaz para expandir tu percepción y entendimiento de la vida.
Con venda en los ojos y el corazón de piedra
Ser egocéntrico significa vivir con la mirada fija en tu propio ombligo.
Creer que eres el centro del universo y que de tu interior emana la única verdad.
Los egocéntricos ignoran lo que ocurre en las mentes de los demás, y son incapaces de tenerlo en cuenta.
No desprecian el punto de vista de la otra persona, sino que son incapaces de percibirlo, ya que se priorizan los pensamientos propios.
Conforme evolucionamos, nos damos cuenta de que los puntos de vista de los demás son también importantes.
Son igual de válidos que los nuestros. De ahí nace el entendimiento, la humildad y la empatía.
Crecer es quitarse la venda que cubre tus ojos y ablandar tu corazón.
Evolucionar es expandir nuestra visión
Crecemos porque nos pica la curiosidad.
Queremos aprender y entender más de lo que pasa en nuestro mundo exterior e interior. Es esa curiosidad por lo desconocido, la que nos incentiva a indagar. Y la que nos lleva a descubrir quiénes somos realmente.
Empezamos a entender que hay mucho más allá del yo, yo, yo.
Al crecer vamos ampliando horizontes. Expandemos nuestra consciencia. Saltando de la ignorancia, a un nivel de cada vez más expandido entendimiento.
Los cuatro niveles de consciencia
Egocentrismo
Un nivel totalmente normal para un niño pequeño. Pero en un adulto, refleja un nivel de consciencia muy bajo.
En este nivel, uno es incapaz de asumir o comprender con precisión cualquier perspectiva que no sea la propia.
En el caso más extremo, encontraríamos la personalidad narcisista.
El egocentrismo y el narcisismo parecen similares, pero no son lo mismo. El narcisismo implica un enamoramiento de sí mismo. Hasta tal punto que depende excesivamente de la admiración y afirmación.
La diferencia está en que, los egocéntricos no siempre reciben gratificación por la propia admiración.
Etnocéntrismo
En este nivel, empieza la transformación de la perspectiva. Empezamos a aceptar la perspectiva de nuestro entorno más cercano. Familia, amigos, religiones, etc.
Se trata de un nivel más elevado que el ególatra, pero aún así, sigue siendo un nivel muy limitado.
Sigue habiendo mucho rechazo a los puntos de vista que se salen fuera del círculo común.
Antropocéntrismo
Llegar a este nivel implica conectar no solo con tu “tribu”, sino conectar de manera más profunda con todos.
Independientemente de etnias, creencias, grupos y culturas.
En este nivel es donde prospera el amor por la humanidad.
Cosmocéntrismo
En este nivel, creamos lazos afectivos no solo a nivel humano, si no con todo nuestro entorno. Con la naturaleza, con todos los seres vivos y con todo lo creado.
Las personas más conscientes, son las que viven desde el corazón.
No ven nada ajeno a ellos.
Entienden que todos formamos parte de lo mismo: El proceso creativo de la vida. Este último nivel implica ver la humanidad como una única unidad. Sin separaciones.
Esta es la visión de Mindvalley.
Siempre se ha inspirado en una visión particular: un mundo en el que toda la humanidad esté unida como una sola.
Su pilar fundamental es la educación transformacional, pero su propósito final es la de crear unidad.
Te animo a que veas este inspirador video de Vishen Lakhiani, fundador de Mindvalley.
En el, Vishen comparte cómo podría ser esta visión del mundo para las generaciones futuras.
La práctica más eficaz para ampliar tu perspectiva de la vida
Cada uno de nosotros necesita un tiempo para macerar.
Pero podemos tomar acción y acelerar este proceso. La Meditación Trascendental es la forma más pura, simple y eficaz de meditación que existe.
Es la técnica de trascender, de situarse en el estado más potente y simple de la consciencia. Libre de cualquier proceso mental.
Este tipo de meditación permite, de forma natural y espontánea, experimentar un estado pacífico del ser. Conocido como consciencia pura.
Además de relajarnos en profundidad, este proceso trae beneficios inmediatos y duraderos.
Hay varios estudios que demuestran que es la técnica más eficaz para promover la auto-realización.
Practica meditación y trasciende los niveles más bajos de la consciencia.
Esperamos que este artículo sirva de reflexión sobre el estado de consciencia en el que te encuentras.
Y sobre todo queremos que sirva de gancho. Para que pique tu curiosidad por seguir evolucionando a un ser cada vez más humilde y consciente.
Nos encantaría saber que has sentido al leer estas palabras. ¿Hemos despertado la curiosidad por saltar al siguiente nivel de consciencia? ¿consideras que te encuentras en el nivel del egocentrismo?
