7 Poderosas Estrategias Para Dominar las Conversaciones de Coaching

7 Poderosas Estrategias Para Dominar las Conversaciones de Coaching

conversaciones de coaching

No es un hechizo mágico ni un destello único de comprensión lo que lleva a tu cliente en un viaje transformador; es tener conversaciones de coaching impactantes de manera consistente.

Van más allá de una charla ordinaria sobre los objetivos de uno. Encienden el cambio, inspiran acción e influyen fundamentalmente en la vida de tu cliente.

¿Qué los hace tan poderosos? ¿Y qué necesitas para facilitarlos?

Ajit Nawalkha, cofundador de Mindvalley Coach, comparte el secreto de los diálogos de coaching poderosos y las técnicas que necesitas aprender para lograr la transformación en tus clientes.

Establecer Rapport: Construir Confianza Y Conexión

La clave para relaciones de coaching exitosas es construir rapport (compenetración). La cosa es que va mucho más allá de una interacción transaccional; es una conexión basada en la confianza, sinceridad y autenticidad.

«Este vínculo te permite expandir esta relación y profundizar en ella«, explica Ajit. «Permite que tu cliente se sienta cómodo y realmente abierto contigo«.

Cuando los clientes se sienten cómodos y profundamente entendidos, es más probable que se involucren activamente, participen voluntariamente y se comprometan con las acciones establecidas durante el proceso de coaching.

Entonces, como coach, ¿cómo puedes cultivar esta conexión y confianza?

  • Mostrando empatía. Significa estar de acuerdo con tu cliente cuando tenga sentido hacerlo. También significa reconocer sus emociones y experiencias.
  • Creando un ambiente seguro, sin juicios. Usar frases como «Eso suena difícil» o «Puedo ver por qué eso te haría sentir molesto» puede ayudarles a sentirse escuchados y entendidos.
  • Ser auténtico. Es el cimiento que sostiene todos estos elementos.

Estar presente, ser genuino y esforzarte por entender antes de ser comprendido.

Escucha Activa: Escuchar Más Allá De Las Palabras

La escucha activa implica equilibrar el enfoque, la comprensión y la interpretación, lo que te permite llegar al corazón de la narrativa. Es un enfoque que considera las señales verbales, los gestos no verbales y los sentimientos no expresados.

Como coach, se trata de identificar las emociones subyacentes, las motivaciones y las creencias que impulsan la perspectiva de tu cliente.

Entonces, ¿cómo puedes practicar la escucha activa?

  • Mantén el enfoque. Resiste las distracciones y evita planificar tus respuestas mientras tu cliente está hablando. Está completamente presente y muestra compromiso.
  • Valida su perspectiva. Parafrasea o resume lo que han dicho para asegurarte de haberlo entendido correctamente. Una vez más, no se trata de estar de acuerdo sino de reconocimiento. Por ejemplo, decir: «Lo que estoy escuchando es que te sientes abrumado porque…»
  • Estate atento a las señales no verbales. Busca cambios en el lenguaje corporal, expresiones faciales o tono de voz. Estas señales pueden revelar más sobre los sentimientos y pensamientos de tu cliente que sus palabras. Si percibes algo no dicho o contradictorio, explóralo suavemente.
  • Anima a tu cliente a expresar completamente sus pensamientos. Usa indicaciones como «¿Puedes decirme más al respecto?» o «¿Cómo te hizo sentir eso?» para invitar a una exploración más profunda.

El Arte de la Indagación: Formular Preguntas Poderosas

Las preguntas poderosas de coaching son como la brújula de la conversación de coaching. 

Todo gran coach debería saber cómo usar esta herramienta para guiar el viaje de autodescubrimiento de su cliente y obtener ideas.

Formular la pregunta adecuada guía el proceso de pensamiento de tu cliente, desafía sus suposiciones y les ayuda a descubrir nuevas perspectivas.

Recuerda, el objetivo no es proporcionar respuestas, sino ayudar a los clientes a encontrar las suyas propias.

Comprender los tipos de preguntas y su momento apropiado puede transformar tus conversaciones de coaching. Echemos un vistazo más de cerca a las cuatro principales:

1. Preguntas abiertas

Estas son las herramientas exploratorias de tus conversaciones de coaching, diseñadas para provocar el pensamiento y fomentar el intercambio.

Suelen comenzar con qué, cómo, quién, dónde, cuándo y, lo más importante, por qué.

Por ejemplo, en lugar de preguntar, «¿Estás contento con tu rendimiento?» (una pregunta cerrada que invita a responder sí o no), podrías preguntar, «¿Cómo te sientes acerca de tu rendimiento?»

Esta pregunta abierta anima a los clientes a explorar y articular sus sentimientos de manera más profunda.

2. Preguntas reflexivas

Estas están diseñadas para animar a los clientes a considerar sus experiencias y comportamientos desde una perspectiva diferente.

Por ejemplo, podrías usar una pregunta reflexiva como, «¿Qué podría suceder si celebraras tus éxitos de manera más abierta?»

Esto incita a los clientes a reflexionar sobre su comportamiento habitual y considerar acciones alternativas.

3. Preguntas hipotéticas

Estas animan a los clientes a salir de su contexto actual e imaginar diferentes escenarios.

Son particularmente útiles para explorar valores, criterios de toma de decisiones o posibles reacciones a eventos futuros.

Por ejemplo, podrías preguntar, «Imagina que tienes recursos ilimitados y no tienes miedo al fracaso. ¿Qué carrera elegirías?»

Esta pregunta hipotética puede revelar mucho sobre los sueños y aspiraciones ocultos de tu cliente.

4. Clava el momento adecuado

El momento de tus preguntas es tan crucial como el tipo.

Pregunta demasiado temprano y es posible que no tengas suficiente contexto; pregunta demasiado tarde y el momento habrá pasado.

Una pregunta bien sincronizada puede iluminar la conversación, mientras que una mal sincronizada puede obstaculizar el progreso.

Utiliza tus habilidades de escucha activa para discernir el momento apropiado.

Recuerda, las preguntas poderosas no tratan de acertar. Son herramientas para la exploración, y su poder radica en el proceso de pensamiento que estimulan más que en las respuestas inmediatas que evocan.

Retroalimentación Constructiva: Donde La Honestidad Se Encuentra Con La Empatía

La retroalimentación es un componente vital en el proceso de coaching. Refleja las acciones y actitudes del coachee, brindándoles la claridad que necesitan para identificar sus fortalezas, reconocer áreas de desarrollo y tomar decisiones informadas sobre sus próximos pasos.

Cuando se entrega de manera adecuada, la retroalimentación puede ser un catalizador para el cambio positivo y el progreso acelerado.

Pero la pregunta es: ¿cómo entregas retroalimentación que empodere y motive en lugar de desinflar u ofender al cliente?

Equilibrando el refuerzo positivo con la crítica constructiva. Comienza con un elogio, sigue con un área de mejora y termina con una nota positiva. Este enfoque también puede ser útil en la gestión de conversaciones de retroalimentación potencialmente difíciles.

No estás diluyendo la crítica, sino enmarcándola de una manera que el coachee pueda aceptar y trabajar de manera constructiva. También demuestra tu comprensión y respeto por sus sentimientos, lo que puede fortalecer la confianza y la relación en tu relación de coaching.

Haz que tu retroalimentación sea más una invitación que una orden. Invita a tu coachee a autoevaluarse antes de compartir tus observaciones. Esto puede aumentar su receptividad a tu retroalimentación y empoderarlos para que se hagan responsables de su desarrollo.

Recuerda, la retroalimentación es más efectiva cuando es específica, oportuna y accionable. 

Evita comentarios genéricos y asegúrate de que tu retroalimentación se refiera a comportamientos que el coachee pueda cambiar.

Establecimiento De Objetivos Visionarios: Elaboración De Objetivos

Los objetivos establecidos durante las sesiones de coaching funcionan como estrellas guía, iluminando el camino hacia adelante, proporcionando dirección y motivación. Después de todo, ¿qué es un viaje sin un destino?

El establecimiento de objetivos en el coaching es mucho más que decidir qué se debe lograr. El arte radica en elaborar objetivos que no solo sean claros y alcanzables, sino que también se alineen perfectamente con los valores y objetivos de vida del coachee.

Esta alineación marca la diferencia entre objetivos que se sienten como tareas y objetivos que inspiran y motivan.

Sin embargo, incluso los mejores objetivos fallarán sin compromiso y responsabilidad. 

Entonces, ¿cómo puedes facilitar esto para su éxito?

Asegúrate de que sientan un sentido de propiedad sobre sus objetivos. Permíteles liderar el proceso de establecimiento de objetivos y proporciona orientación cuando sea necesario.

Formula preguntas que los inciten a pensar profundamente sobre lo que quieren lograr y por qué. Cuando los objetivos surgen desde dentro, llevan una motivación intrínseca que alimenta la perseverancia.

Realiza chequeos regularmente, obtén informes de progreso e incluso proporciona recordatorios amigables; todo esto puede ayudar a tu cliente a ser responsable de sus objetivos. Se trata de crear estructuras que apoyen al cliente en mantenerse en el camino correcto.

Convertir La Visión En Acción: Planificación Realista Y Flexible

La transición del establecimiento de objetivos a la planificación de acciones a menudo se siente como cruzar un abismo. Es fácil soñar en grande, pero ¿llevar esos sueños a la realidad? Ahí es donde realmente comienza el trabajo.

Las barreras comunes como el miedo, la procrastinación y la falta de claridad pueden parecer monstruosos e insuperables. Pero como coach, tu papel es ayudar a tu cliente a navegar estos obstáculos y mantenerse en curso.

Ayuda a tus clientes a diseñar un plan de acción realista que los motive. Guíalos para dividir sus grandes objetivos en tareas más pequeñas y manejables, cada una con su propia mini fecha límite.

Ayúdalos a crear un plan flexible. Esto permitirá que tus clientes se adapten a las circunstancias cambiantes sin sentir que están descarrilando su progreso.

El seguimiento y revisión en el proceso de planificación de acciones —la importancia de ello no puede ser exagerada. Chequea regularmente con tus clientes, revisa su progreso y ajusta el plan de acción según sea necesario.

Y recuerda, cada pequeño progreso es un progreso que vale la pena celebrar.

El papel de un coach no es proteger a los clientes de los desafíos, sino armarlos con resiliencia y adaptabilidad, empoderándolos para navegar por los mares de la incertidumbre.

Los contratiempos y obstáculos son inevitables al ejecutar un plan de acción. Pero la pregunta es, ¿cómo convertimos esos obstáculos en escalones para avanzar?

Aquí es donde entra en juego la verdadera magia del coaching.

  • Anima a tus clientes a ver los desafíos no como contratiempos, sino como oportunidades de aprendizaje. Hazles entender que cada desafío es una oportunidad para crecer y evolucionar, refinar su estrategia y desarrollar resiliencia. Celebra su esfuerzo y progreso, no solo el resultado.
  • Guía a tus clientes a practicar la adaptabilidad. Si un enfoque en particular no está dando el resultado deseado, es hora de cambiar y probar una táctica diferente. Recuérdales que cambiar de estrategia no significa fracaso, sino que demuestra su flexibilidad y compromiso para alcanzar sus objetivos.

Como coach, tu papel es ser el faro constante que los guíe a través del clima tormentoso. Tu creencia constante en sus capacidades puede convertirse en su fuerza interna, fomentando su resiliencia y adaptabilidad.

El Viaje De Toda La Vida Para Dominar Las Conversaciones De Coaching

El dominio de las conversaciones de coaching es un compromiso de por vida. Como cualquier arte, demanda práctica, paciencia y refinamiento continuo. Requiere una dedicación inquebrantable para facilitar el crecimiento, no solo en nuestros clientes sino también en nosotros mismos.
Si quieres aprender un marco probado que maximice el impacto de tus conversaciones de coaching, únete a nosotros en la masterclass gratuita de “Conviértete en un Coach de Vida Certificado de Mindvalley”. Con Ajit Nawalkha como guía, podrás facilitar grandes avances y transformaciones en tus clientes.

escrito por
Olivia Gracia