Estamos siempre en constante movimiento. Nunca permanecemos quietos.
Incluso cuando queramos pararnos, el mundo seguirá moviéndose. Un tipo de movimiento sobre el que no tenemos ningún control.
La vida simplemente se mueve a su ritmo y nosotros nos movemos con ella.
Pero lo que sí podemos controlar es nuestro movimiento corporal.
El cuerpo humano, está diseñado para estar en movimiento y, la forma en la que nos movemos afecta nuestra salud física.
Este artículo servirá como recordatorio (y para reivindicar) la gran importancia de la actividad física.
Y para derribar algunas creencias limitantes que puedas tener sobre ella.
El movimiento corporal es ilimitado
Las palabras “actividad física” probablemente te hagan pensar en el gimnasio, en correr o en algún deporte. Pero la actividad física es considerada como cualquier tarea en la que el cuerpo exija un gasto de energía.
Obviamente, debe de haber cierta intensidad para que veamos beneficios en la salud. Pero si hay algo que no se puede limitar, es la libertad de expresión sobre nuestro cuerpo.
Tú eliges cómo moverlo.
¿Cuál es la importancia de la actividad física?
Nuestra salud no es completa, si no realizamos actividad física de forma habitual.
Realizar actividad física de manera regular es mucho más benéfico de lo que creemos. Más allá de tonificar el cuerpo y de quemar calorías, ayuda a mantener y mejorar nuestra salud, tanto la física como la mental.
Su impacto positivo sobre la salud está comprobado en innumerables estudios científicos.
Beneficios de la actividad física
- Aumento en la esperanza de vida
- Reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares
- Reduce la tensión arterial alta y diabetes
- Mejora la calidad de vida
- Ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad y el porcentaje de grasa corporal
- Fortalece los músculos y los huesos
- Fortalecimiento de nuestro autoestima
- Facilita las relaciones sociales
- Facilita el descanso y la calidad del sueño
- Disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión
- Mejora la memoria, el aprendizaje y nuestra capacidad de concentración
La actividad física en la escuela
Educar a los niños a moverse desde una edad temprana, les ayudará a desarrollar destrezas y a vivir una vida más sana.
Además, determinará en gran medida la salud física que tengan de adultos, ayuda en el control del sobrepeso y puede prevenir la obesidad adulta.
La educación física les permite desarrollar destrezas motoras, cognitivas y afectivas.
Habilidades esenciales tanto para su vida diaria como para un futuro más prometedor.
La enseñanza física no se limita a enseñar o practicar los deportes más populares, forma al individuo como un ser integral. Ha ido ganando en importancia hasta convertirse hoy en día en una asignatura obligatoria en las escuelas de la mayoría de los países del mundo.
Libérate de tus creencias limitantes
La mayoría ya conoce las ventajas que proporciona la actividad física. Pero aún así muchos siguen auto-saboteándose con falsas creencias.
Creencias que se han convertido en sus excusas para no entrenar.
“No sirvo para hacer ejercicio”
“No me alcanza el presupuesto para entrenar”
“Tengo poco tiempo libre para ponerme en forma”
Lo bueno es que, ¡nunca es tarde para cambiar nuestra forma de pensar! (ni para movernos más).
Veamos algunas de las creencias más comunes con las que nos auto-limitamos:
Estar en forma es caro
El movimiento corporal es gratis.
Hay muchísimas más alternativas que apuntarse al gimnasio o tomar clases.
Entrenar al aire libre es una de las mejores opciones y además trae beneficios que seguro desconocías.
Si el tiempo no te permite entrenar fuera, siempre puedes hacer ejercicio en casa.
Inicia tu propio programa de entrenamiento. Busca los recursos gratuitos que mejor te sirvan.
Apuesta por ponerte en forma con un video o bájate aplicaciones gratuitas para hacer ejercicio en casa.
¡Invita a algún familiar o amigo a moverse contigo!
La mentalidad del «o todo, o nada»
Todos los cambios que hagamos en nuestras vidas requieren su tiempo.
No podemos exigir resultados instantáneos sin antes poner de nuestra parte. De nada servirá entrenar de forma intensa si vas a acabar exhausto y desmotivado.
Comienza poco a poco.
Disfruta por igual de momentos relajantes, como de momentos más movidos. Y sobre todo, no fuerces tu cuerpo.
El mejor resultado siempre vendrá de manera gradual. Alégrate y celebra los pequeños avances.
Hacer ejercicio es aburrido
Si hay algo que es innegable es que hay actividades físicas para todos los gustos. Correr, nadar, escalar, pasear, surfear, andar en bicicleta, bailar…
La variedad de actividades es infinita. Es imposible de creer que no haya ni una actividad con la que puedas gozar practicando.
Analiza tu estilo de vida e incorpora la actividad que más se adapte a ella.
Analiza también tus gustos y preferencias, ¿qué me gusta hacer?, ¿cómo disfruto más entrenando?, ¿prefiero entrenar solo o en grupo?
Moverte no tiene porqué ser un incordio. Si no te gusta ir al gimnasio o detestas correr, ¿por qué vas a obligarte a ello?
Empieza practicando actividades sencillas y con las que disfrutes.
A medida que vayas poniéndote en forma, irá cambiando tu resistencia física, y podrás ir renovando tu espectro de actividades.
No tengo tiempo para entrenar
Si no puedes invertir tu tiempo en algo tan importante como tu salud, probablemente sea hora de que vuelvas a leer sobre los beneficios de la actividad física.
Aprovecha cada momento de la vida cotidiana para moverte más; incorpora a la vida diaria actividades sencillas, como caminar lo más posible, subir escaleras en lugar de utilizar el ascensor, andar en bici, etc.
Haz pequeños ajustes como estos en tus hábitos diarios y, en poco tiempo irás notando sus efectos.
Y si trabajas, ¿qué mejor manera de efectivizar tu tiempo que entrenar en tu descanso de la jornada?
Parte tu hora del almuerzo y dedica al menos un 50% a alguna actividad física.
Hoy en día, muchas empresas ofrecen alguna actividad física a sus empleados. Infórmate sobre las posibilidades que tienes en tu puesto y aprovecha el tiempo.
Lo más efectivo para tu salud física es cambiar tu forma de pensar
Nuestro cuerpo es el instrumento físico con el que contamos para este viaje llamado vida. Es a través de él que tenemos la oportunidad de crecer, de sentir y de alcanzar nuestras metas.
Es por ello que cuidarlo debe ser una prioridad.
Un cuerpo saludable te abre a nuevas posibilidades y, es el medio para disfrutar más plenamente de la vida.
Tómate un tiempo para reflexionar sobre esto.
Seguro que tu lista de prioridades cambiará y harás más hueco a la actividad física.
Cuida tu cuerpo, es el único lugar que tienes para vivir.
-Jim Rohn
Cada uno elige cómo, cuándo y cuánto se mueve.
¿Qué más puedo hacer para mejorar mi salud física?
Realizar actividad física a diario, como ya lo hablamos, conlleva varios beneficios para nuestro cuerpo, pero existen otros comportamientos y hábitos que también permiten mejorar nuestra salud física.
Aquí los más importantes:
Mantener una alimentación balanceada. Esto no supone realizar una estricta dieta, reducir la cantidad de comida o solo consumir un grupo de alimentos. Supone brindar a nuestro organismo los nutrientes que requiere para su óptimo funcionamiento.
Tomar suficiente agua. La hidratación es mucho más importante de lo que se cree. El vital líquido regula nuestra temperatura corporal, lubrica nuestras articulaciones y favorece la digestión, así como el funcionamiento del cerebro.
Deshidratarte puede alterar tu estado de ánimo, afectar tu presión arterial o disminuir tu rendimiento.
Tener un buen descanso. Una cantidad adecuada de sueño, fortalece el sistema inmunitario, protegiéndote de enfermedades virales, infecciosas y cardiometabólicas. Si no duermes, podrían verse afectados tu energía y rendimiento, tu desarrollo muscular y varias funciones cognitivas como la concentración, la memoria y la creatividad.
Evitar el alcohol y el tabaco. Estas sustancias aceleran el envejecimiento natural de nuestro cuerpo y lo exponen a daños irreversibles. Además, su consumo excesivo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, respiratorias y distintos tipos de cáncer.
No olvidarse de sonreír. Un cóctel de neurotransmisores favorables, se liberan en nuestro organismo cuando sonreímos, como las endorfinas y la serotonina, lo que reduce el dolor y nos genera placer. Además, se disminuyen el cortisol y la adrenalina, las hormonas del estrés.
Incluso una sonrisa fingida, activa las regiones de nuestro cerebro que traen consigo todos esos efectos positivos.
Beneficios de la buena salud física
Aunque suene a lugar común, es totalmente cierto que ‘gozar de buena salud física no tiene precio’.
El óptimo funcionamiento de tu cuerpo, te permite llevar la vida que deseas sin limitaciones externas y sacar el máximo potencial de ella.
Además, funciona como un círculo virtuoso, pues tu condición física te dará más energía, resistencia y motivación para mantenerte activo y prevenir enfermedades, lo que se traducirá en mejor salud.
Por supuesto, la ausencia de enfermedades no solo te permite ahorrar tiempo, molestias y dinero en consultas médicas, recuperaciones y fármacos, pues influye en tu calidad de vida en general.
También es un factor esencial para alcanzar la salud mental. No es por azar la famosa cita latina Mens sana in corpore sano.
El cuidado de uno, conlleva necesariamente al cuidado del otro y, de esta manera, es como se alcanza el equilibrio y bienestar integral.
Finalmente, la salud física tiene un impacto importante en nuestra longevidad, así como en el envejecimiento saludable, aquel en el que se mantienen las capacidades funcionales e intrínsecas para llevar una vida independiente e interactuar con la sociedad, hasta el último día.
Ahora que has leído sobre la importancia de la actividad física así como sus beneficios, ¿cómo puedes cambiar tu día a día para dar espacio a más actividad física?, ¿con qué actividad disfrutas más?