En la mañana, Luis abre los ojos y recuerda todas las cosas pendientes que tiene por hacer.
Piensa: “hoy tiene que ser productivo, no puedo dejarme ganar por la procrastinación” y se da cuenta de que su reto del día es hacer terminar todos sus pendientes.
El problema es que, Luis como muchas otras personas, ha caído en una especie de “productividad automática”, en hacer por hacer.
Con frecuencia, podemos mantenernos todo el día ocupados, sin pensar si esa gran cantidad de actividades están realmente aportando a nuestras metas de vida.
En este artículo, nos tomaremos unos minutos para pensar qué son las metas, cómo saber qué es lo que quiero en la vida y diferenciaremos las metas a corto plazo, de las de mediano y largo plazo.
Lo importante, no es solo salir de nuestros pendientes, ni mantenernos ocupados, sino enfocarse en acciones con un sentido que te acerquen a tus metas personales.
Define tu sentido
Imagina la vida como una carrera, la meta, como su nombre lo indica, es el destino al que quieres llegar.
Aquí habría que diferenciarlo de los objetivos, que en ocasiones, pueden usarse como si fueran sinónimos, pero no lo son.
Las metas serían, entonces, el destino final, el deseo que impulsa a la acción, el sueño que quieres hacer realidad.
Mientras que los objetivos, son las acciones específicas, el paso a paso o los pequeños logros que debes ir alcanzando para llegar a ese sueño específico.
Las metas nos permiten mantener el foco, pero nos muestran el estado ideal, no el camino. El camino corresponde a los objetivos (qué conseguir) y las estrategias (cómo alcanzarlos).
¿Puedes tener múltiples sentidos?
El hombre es un ser complejo y su vida es multifacética, por lo que no es disparatado. que tengas en mente varias metas.
Lo importante es que, esas metas, no se contrapongan entre sí, sino que se interrelacionen de manera armoniosa.
Jon y Missy Butcher, fundadores de The Lifebook, han ideado un sistema para diseñar la vida que realmente quieres definiendo metas en 12 ámbitos, los cuales son:
- Salud y estado físico
- Vida intelectual
- Vida emocional
- Carácter
- Vida espiritual
- Relaciones amorosas
- Visión parental
- Vida social
- Vida financiera
- Carrera
- Calidad de vida
- Visión de vida
Así como puedes categorizar las metas según los ámbitos de tu vida, estas suelen tener un plazo específico. De hecho, se recomienda que especifiques en cuánto tiempo quieres alcanzar una meta, pues eso te ayudará a planificar de manera adecuada y a alcanzarla cuando la necesites, o realmente deseas.
Según el periodo de tiempo que nos propongamos para alcanzar nuestras metas, estas pueden dividirse en 3 tipos:
- Metas a corto plazo: aquellas que quisieras alcanzar a la brevedad posible, desde un día, una semana o un mes. Suelen realizarse en el presente o muy cercanas a este y son prioritarias.
- Metas a mediano plazo: no existe una medida específica de tiempo, pues depende de la meta en sí, pero los expertos en planificación, consideran que las metas a mediano plazo, idealmente deben manejarse en periodos de 3 meses como máximo. Suelen depender del logro de las metas a corto plazo.
- Metas a largo plazo: son aquellas que quieres haber logrado en unos 5 años o más. Generalmente, son las que tienen el escenario ideal, las que conforman el proyecto de vida general, son las más trascendentes.
Lo importante es no perderse en el camino
Si aún no lo has hecho, tómate un minuto para pensar en las metas que te has planteado hasta el momento en tu vida.
Puedes identificarlas según la clasificación de The Lifebook, o diferenciarlas por el plazo de tiempo, pero lo que realmente quiero que hagas, es preguntarte, ¿me hará feliz esta meta?, ¿es algo que yo quiero en mi esencia, o es una meta que me impone la sociedad?
Estas preguntas, te ayudarán a no perderte en el camino y a ajustar el verdadero sentido de tu vida.
¿Cómo?, pues con las respuestas identificarás dos tipos de metas que Vishen ha denominado como ‘end goals’ (metas finales) y ‘mean goals’ (metas instrumentales).
Las mean goals, son aquellas metas que pueden ser un medio pero no un fin en sí mismas. Son los que se rigen por las exigencias externas, por las reglas sin sentido o “brules”, por lo que otros consideran importante y valoran.
La mayoría de nosotros, nos distraemos con las metas intermedias, que habitualmente se relacionan con el nivel de ingresos, el reconocimiento, nuestro éxito social, etc.
Pero llega un momento en que, por más que se alcancen, son metas que dejan un vacío y en lugar de hacernos felices y satisfechos, nos hacen sentir atrapados, desdichados.
Las end goals, son aquellas metas finales, que tienen realmente un propósito, las que surgen desde nuestra esencia, nos apasionan y nos hacen felices. Son aquellas que nos impulsan a ser extraordinarios y a sacar lo mejor de nosotros mismos.
Por ello, son las que deben orientarnos en el camino.
Para identificarlas, Vishen hace referencia al consejo de Joe Vitale que dice: “una buena meta debe asustarte un poco y emocionarte mucho”.
El miedo, es porque te hace superar tus límites y la emoción, es porque está vinculada a lo que realmente desea tu corazón.
Ahora bien, ya nos referimos a lo importante que es asignarle a nuestras acciones un sentido y no simplemente ocupar nuestros días.
Ese sentido, deben ser nuestras metas.
Estas metas pueden ser de 12 ámbitos diferentes, lo importante es que sean fines y no simples medios que sean distractores de nuestros verdadero destino.
Define hoy tus metas finales, las que tienen significado y luego que lo hagas comparte con nosotros: ¿cómo las diferenciaste?, ¿qué te hizo sentir que era un end goal? ¿cómo fue ese miedo y esa emoción?