Cultiva Estas Competencias y Toma El Rumbo Hacia La Vida Plena

Cultiva Estas Competencias y Toma El Rumbo Hacia La Vida Plena

vida plena

Trabajo en equipo, orientación al cambio, innovación, perseverancia, pensamiento crítico…

Seguramente has leído algunas de estas competencias en ofertas de empleo o habrás escuchado de la «evaluación por competencias» en el campo de la enseñanza.

Lo cierto es que cada día surgen más términos como éste, que se vinculan no sólo a lo laboral o a lo educativo, sino a la vida en general.

Las competencias para la vida son las capacidades, conocimientos, valores, actitudes y habilidades que nos permiten llevar una vida con bienestar. 

Además, nos ayudan a tomar decisiones con responsabilidad y responder de manera exitosa a los desafíos cotidianos de la vida.

Suena a receta mágica, pero la verdad no lo es, pues no existe aún un consenso de esos ‘ingredientes ideales’.

Cuando parece que finalmente se definieron las habilidades para alcanzar una vida plena, suelen modificarse y evolucionar con los nuevos tiempos.

En este artículo revisaremos por algunas perspectivas y competencias esenciales para desenvolverse con éxito, no solo en el trabajo, sino en las 12 dimensiones para la maestría que plantea Jon Butcher en su programa Lifebook.

Estas dimensiones son: salud y ejercicio, intelectual, emocional, espiritual, amor de pareja, carácter, social, paternidad, carrera, financiera, calidad de vida y visión de vida.    

Competencias laborales: blandas vs duras

La clasificación más común de las competencias se presenta en el campo laboral, donde se habla de competencias duras (hard skills) y blandas (soft skills).

Las primeras se refieren a todos los conocimientos y habilidades sobre un tema específico, que te permiten realizar una tarea o un trabajo especializado.

Suelen vincularse a la formación académica y pueden medirse con cierta facilidad.

Mientras las segundas, las competencias blandas, son las asociadas a los rasgos de personalidad, los valores adquiridos y el comportamiento de la persona.  

De acuerdo con los datos que maneja LinkedIn, existen unas ¡50 mil competencias listadas entre sus perfiles!

Probablemente sean menos las habilidades que existen en el mercado laboral.

Lo que sí es seguro, es que son al menos 50 mil términos con los que suelen describirse los conocimientos y aptitudes para los empleos de hoy.

En el caso de las competencias duras, las que ocupan los primeros peldaños son Cloud Computing, Inteligencia artificial, razonamiento analítico y gestión de personal.

También encontramos: diseño UX, desarrollo de aplicaciones móviles, producción de vídeos, liderazgo en ventas, traducción y producción de audio.

La ventaja de este tipo de competencias es que cada vez existen más alternativas para poder aprenderlas y obtener el conocimiento de la mano de expertos.

Por su parte, las competencias blandas más demandadas son creatividad, persuasión, colaboración, adaptabilidad, gestión del tiempo, pensamiento crítico, comunicación, organización, trabajo en equipo, sociabilidad.

La tendencia es a atribuirle cada vez mayor importancia a estas competencias, también conocidas como transversales.

Estas habilidades potencían la gestión del empleado, pero también favorecen el florecimiento en cualquier otra dimensión de nuestra vida. 

Por ejemplo, la comunicación es beneficiosa en el ámbito de pareja, la gestión del tiempo, la salud o el pensamiento crítico en la dimensión financiera.

Así pues, es cada vez más frecuente entre los promotores del desarrollo personal enfocarse en las competencias blandas como esenciales para alcanzar una vida plena.

Por ejemplo para Vishen Lakhiani, fundador de Mindvalley y autor del libro bestseller El Código de las Mentes Extraordinarias, considera que la empatía, la intuición y la adaptabilidad son claves para prosperar en el futuro.  

Capacidades emocionales 

Si bien las competencias emocionales son parte de las denominadas habilidades blandas, éstas merecen una mención aparte por la importancia que la llamada Inteligencia Emocional se ha ganado en los últimos años.

Este concepto, popularizado por Daniel Goleman en el bestseller que lleva ese nombre, se refiere a una parte de nuestra capacidad cognitiva que nos permite reconocer, entender y manejar nuestras emociones, así como las de las personas con las que nos relacionamos. 

La inteligencia emocional supone el manejo de cinco competencias que indudablemente deberían estar en esa receta mágica para alcanzar una vida plena.

Las primeras tres tienen que ver con nosotros mismos: consciencia de uno mismo, lo que supone darse cuenta y reconocer lo que sentimos; autorregulación o capacidad de modular las emociones; automotivación, o motivación intrínseca.

Las otras dos competencias están vinculadas al ámbito interpersonal.

Se refieren a la empatía, o reconocimiento de emociones ajenas, y las habilidades sociales o el poder de interactuar con otros de manera efectiva. 

El desarrollo de estas competencias se traduce en múltiples beneficios para ti y para el ecosistema en el que te desenvuelves.

Por algo ha adquirido relevancia en los últimos tiempos, quitándole peso al denominado Coeficiente Intelectual (CI) como factor que predice el éxito integral. 

Entre los principales beneficios de las competencias emocionales están un mayor autoconocimiento, mejor rendimiento laboral, relaciones interpersonales más armoniosas, manejo adecuado del estrés, menor riesgo de sufrir ansiedad o depresión, entre tantas otras.

Habilidades para el cambio

El conocimiento globalizado y los retos que conlleva el cambio constante llevó a Tony Wagner, reconocido investigador finlandés, autor del bestseller The Global Achievement Gap, a plantear siete competencias que considera fundamentales para sobrevivir en este siglo.

Wagner entrevistó a unos 100 líderes de las más destacadas empresas y logró determinar lo que buscan en sus empleados.

Logró entonces concretar siete capacidades, que son:

  1. Pensamiento crítico y resolución de problemas
  2. Colaboración en redes y liderazgo por influencia
  3. Agilidad y adaptabilidad
  4. Iniciativa y espíritu emprendedor
  5. Comunicación eficaz, oral y escrita
  6. Capacidad de acceder a la información y analizarla
  7. Curiosidad e imaginación 

Aunque inicialmente eran capacidades laborales, Wagner se percató de que las competencias más buscadas no eran precisamente las técnicas, que pueden enseñarse, sino que eran tres factores necesarios para los retos de este siglo y que de manera evidente trascienden el ámbito profesional:

La capacidad de: formular preguntas, de resolver problemas y de manejar e interpretar información.  

Para Wagner, la educación debería enfocarse en desarrollar estas capacidades desde los más pequeños en la escuela y, de esta manera, las nuevas generaciones no sólo estarán preparadas para los más recientes desafíos laborales, sino también para ofrecer el liderazgo que se necesita, para comprender los problemas desde diferentes perspectivas e incluso para contribuir de manera positiva en el mundo.

Luego de revisar estas tres perspectivas y conocer cómo pueden potenciarnos ciertas competencias, ¿cuáles incluirías como ingredientes de una receta para la vida plena y exitosa? ¿cuáles de ellas has podido desarrollar y cuáles tienes pendientes por trabajar?


Masterclass Gratuita Recomendada Para Ti

Cómo acceder a los estados alterados de conciencia para potenciar tu mente y tomar el control de tu vida

¿Sabías que la mente cuenta con frecuencias como la alfa y theta que pueden ayudarte a aumentar tu relajación, concetración, intuición, resolver problemas y tener éxito en la vida? Únete SIN COSTO y descubre más.Reserva tu plaza gratis ahora

escrito por
Olivia Gracia
Vishen Lakhiani
Join the discussion