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Dieta macrobiótica: ¿Es la clave del bienestar?

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La dieta macrobiótica es mucho más que una simple forma de alimentación; es un enfoque holístico que busca equilibrar cuerpo, mente y espíritu a través de la elección consciente de alimentos naturales y orgánicos. 

Basada en principios de la filosofía oriental, esta dieta promueve el consumo de granos enteros, vegetales frescos y productos de temporada, mientras limita alimentos procesados y azúcares refinados. 

Expertos de Mindvalley, como Ben Greenfield, destacan su potencial no solo para mejorar la salud física, sino también para fomentar la longevidad y el bienestar emocional

Ben, conocido por su enfoque en la longevidad, sugiere que la dieta macrobiotica japonesa puede ayudar a equilibrar la energía del cuerpo, reducir la inflamación y promover una vida más saludable y equilibrada. 

Pero lo cierto es que esta dieta no es para todo el mundo y debe hacerse de la mano de expertos para sacar todo el provecho y minimizar los posibles efectos secundarios

En este artículo, exploraremos en profundidad los beneficios, principios, recomendaciones alimentos de la dieta macrobiótica según diversos expertos de Mindvalley, así como sus riesgos y posibles contraindicaciones.

¿Qué Es La Dieta Macrobiótica?

La dieta macrobiótica es un enfoque nutricional que combina principios de la filosofía oriental con la ciencia de la nutrición moderna para promover un estilo de vida equilibrado y saludable. 

Fundamentada en la idea del equilibrio entre el yin y el yang, la dieta macrobiótica se centra en el consumo de alimentos naturales, integrales y mínimamente procesados, como granos enteros, vegetales, legumbres y pequeñas cantidades de pescado, mientras se limita el consumo de carnes rojas, productos lácteos y azúcares refinados.

Ben, experto en longevidad de Mindvalley, destaca en qué consiste la dieta macrobiotica. Comenta que puede ser particularmente beneficiosa para reducir la inflamación en el cuerpo y mejorar la salud digestiva, lo cual es fundamental para una vida larga y saludable. 

Eric Edmeades, creador del programa “WildFit» de Mindvalley, resalta que la dieta macrobiótica puede ayudar a reconectar a las personas con una alimentación consciente, promoviendo una relación más saludable con la comida. 

Por otro lado, Kristina Mänd-Lakhiani, cofundadora de Mindvalley, enfatiza que este enfoque puede facilitar una mayor claridad mental y estabilidad emocional al promover alimentos que apoyan el equilibrio energético y la salud integral.

En conjunto, estos expertos coinciden en que la dieta macrobiótica no solo ofrece beneficios físicos, sino también un camino hacia una mayor conexión interna y bienestar general.

Principales Beneficios de la Dieta Macrobiótica

La dieta macrobiótica ofrece una serie de beneficios tanto para la salud física como para el bienestar emocional, basándose en una alimentación equilibrada y consciente. Aquí te detallamos los principales beneficios, respaldados por expertos de Mindvalley y datos científicos:

1. Mejora de la salud digestiva

Ben destaca que la dieta macrobiótica, rica en granos enteros, vegetales frescos y legumbres, promueve una digestión saludable debido a su alto contenido en fibra. Esta fibra ayuda a regular el tránsito intestinal y a mantener una microbiota intestinal equilibrada, lo que es esencial para la salud digestiva y la prevención de enfermedades crónicas como el cáncer colorrectal. Un estudio publicado en la revista Nutrition and Cancer encontró que las personas que siguen una dieta macrobiótica tienen niveles significativamente más bajos de marcadores de inflamación intestinal, lo que sugiere una mejor salud digestiva.

2. Reducción del riesgo de enfermedades crónicas

Diversos estudios han demostrado que la dieta macrobiótica puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades crónicas, como enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunos tipos de cáncer. Según un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry, los componentes de la dieta macrobiótica, como los granos enteros y los vegetales ricos en antioxidantes, pueden ayudar a reducir los niveles de colesterol y mejorar la salud cardiovascular. Eric Edmeades subraya que esta dieta baja en grasas saturadas y rica en nutrientes esenciales puede ser clave para mantener un corazón saludable y prevenir enfermedades crónicas.

3. Promoción de la longevidad

Ben también menciona que la dieta macrobiótica podría ser una herramienta útil para promover la longevidad, ya que enfatiza el consumo de alimentos con baja carga glucémica y evita productos ultraprocesados. Estudios observacionales en comunidades que siguen dietas similares a la macrobiótica, como las Zonas Azules (donde la gente vive más tiempo y con mejor salud), sugieren que una dieta basada en plantas y baja en productos animales puede aumentar la esperanza de vida.

4. Mejora del bienestar emocional y mental

La dieta macrobiótica no solo beneficia la salud física, sino también el bienestar emocional y mental. Kristina Mänd-Lakhiani, cofundadora de Mindvalley, afirma que una alimentación consciente con alimentos integrales y naturales ayuda a mantener la claridad mental y la estabilidad emocional. Un estudio publicado en el American Journal of Health Promotion encontró que los participantes que seguían una dieta macrobiótica reportaron una mejora en su bienestar emocional y una reducción en los síntomas de depresión y ansiedad, lo que se atribuye a una mejor regulación del azúcar en la sangre y la inflamación.

5. Equilibrio energético

La filosofía macrobiótica se centra en el equilibrio del yin y el yang en los alimentos para mantener una energía equilibrada en el cuerpo. Este equilibrio puede traducirse en una mayor sensación de vitalidad y energía sostenida a lo largo del día. Ben resalta que, al evitar los picos de azúcar y los alimentos procesados, la dieta macrobiótica ayuda a mantener niveles de energía más constantes, lo cual es esencial para un rendimiento óptimo tanto físico como mental.

¿Qué Alimentos Se Incluyen?

La dieta macrobiótica se centra en el consumo de alimentos naturales, integrales y mínimamente procesados que promueven el equilibrio energético del cuerpo según los principios del yin y el yang. 

A continuación, te detallamos los alimentos que se incluyen en una dieta macrobiótica, de acuerdo con los expertos de Mindvalley y el enfoque científico de esta práctica:

1. Granos enteros

Los granos enteros son la base de la dieta macrobiótica, representando alrededor del 40-60% de la ingesta diaria de alimentos. Entre los más recomendados se encuentran:

  • Arroz integral
  • Cebada
  • Mijo
  • Avena
  • Trigo sarraceno
  • Quinoa

Eric, experto de Mindvalley en nutrición consciente, destaca que estos granos son una fuente excelente de energía sostenida, fibra y nutrientes esenciales, lo que contribuye a una digestión saludable y al mantenimiento de niveles de azúcar en sangre estables.

2. Vegetales frescos y de temporada

Los vegetales frescos representan aproximadamente el 20-30% de la dieta diaria y deben ser locales y de temporada para maximizar su valor nutricional. Se recomienda consumir una variedad de vegetales, tanto crudos como cocidos, como:

  • Brócoli
  • Zanahorias
  • Calabaza
  • Col rizada
  • Cebollas
  • Repollo

Kristina enfatiza la importancia de incluir una variedad de colores en los vegetales para asegurar una amplia gama de fitonutrientes, que apoyan la salud celular y reducen la inflamación.

3. Legumbres y productos de soja

Las legumbres son otra fuente importante de proteína en la dieta macrobiótica. Estos incluyen:

  • Lentejas
  • Garbanzos
  • Frijoles adzuki
  • Alubias

Los productos de soja fermentados, como el miso y el tempeh, también se consumen regularmente por sus beneficios probióticos y digestivos. Ben señala que estos alimentos fermentados no solo aportan proteínas de alta calidad sino que también ayudan a mantener una microbiota intestinal equilibrada, esencial para la salud general.

4. Alimentos fermentados

Los alimentos fermentados como el miso, el tempeh, y el chucrut son altamente valorados en la dieta macrobiótica por sus propiedades probióticas, que benefician la digestión y el sistema inmunológico. Estos alimentos apoyan el equilibrio de bacterias saludables en el intestino, lo que, según varios estudios, puede mejorar la salud digestiva y emocional.

5. Pescado blanco en moderación

El pescado blanco, como el bacalao o el lenguado, puede consumirse de forma ocasional (aproximadamente 1-2 veces por semana). La dieta macrobiótica no promueve el consumo de carnes rojas o procesadas, ya que se consideran alimentos con energía yang excesiva, lo que puede desequilibrar el cuerpo.

6. Alimentos marinos

Los vegetales marinos, como las algas (nori, wakame, kombu), son un componente esencial de la dieta macrobiótica por su alto contenido en minerales, especialmente yodo, calcio, y magnesio, que son vitales para la salud tiroidea y el equilibrio mineral del cuerpo.

7. Frutas de temporada y frutos secos

Las frutas se consumen con moderación, prefiriendo variedades locales y de temporada. Se recomiendan especialmente las frutas bajas en azúcar, como manzanas, peras y bayas. Los frutos secos y las semillas (como las semillas de sésamo y calabaza) también se incluyen en pequeñas cantidades para aportar grasas saludables y minerales esenciales.

8. Aceites de buena calidad

Se utilizan aceites prensados en frío, como el aceite de sésamo, de oliva extra virgen, y de linaza, en cantidades moderadas para cocinar y aliñar ensaladas, ya que aportan ácidos grasos esenciales necesarios para la salud del corazón y la función cognitiva.

9. Tés y bebidas naturales

En lugar de bebidas azucaradas o procesadas, la dieta macrobiótica fomenta el consumo de tés de hierbas, como el té de kukicha o el té de diente de león, y bebidas hechas en casa como el caldo de miso.

10. Endulzantes naturales

Los endulzantes se usan con moderación y, preferentemente, en su forma natural. Los más comunes son:

  • Siropes de arroz o cebada malteada
  • Melaza
  • Jarabe de arce en pequeñas cantidades

¿Qué Alimentos Deben Limitarse O Evitarse?

En la dieta macrobiótica, se recomienda limitar o evitar ciertos alimentos para mantener el equilibrio energético entre el yin y el yang, y promover una salud óptima.

Aquí te indicamos los alimentos que deben limitarse o evitarse, de acuerdo con los expertos de Mindvalley, incluyendo a Ben, y datos basados en la evidencia científica.

1. Carne roja y productos procesados de carne

Se recomienda evitar las carnes rojas, como la de res, cerdo y cordero, así como los productos cárnicos procesados (salchichas, embutidos, jamones). Estas carnes se consideran alimentos con energía yang excesiva, que puede causar desequilibrio energético en el cuerpo. 

Ben menciona que el consumo de carnes rojas y procesadas se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer, respaldado por estudios del World Cancer Research Fund que sugieren limitar la carne roja y evitar los alimentos procesados para reducir el riesgo de cáncer colorrectal.

2. Lácteos y derivados

Los productos lácteos, como la leche, el queso, el yogur y la mantequilla, también deben evitarse en la dieta macrobiótica. Los lácteos se consideran alimentos con energía yin y pueden contribuir a la producción excesiva de mucosidad y a desequilibrios en la digestión

Eric sugiere que muchas personas pueden experimentar inflamación y problemas digestivos debido al consumo de lácteos, y su eliminación puede mejorar la salud intestinal y reducir la inflamación en el cuerpo.

3. Azúcares refinados y edulcorantes artificiales

El azúcar refinado y los edulcorantes artificiales, como el aspartamo y la sacarina, se evitan en la dieta macrobiótica debido a su impacto negativo en la salud metabólica y el equilibrio energético. 

Estos azúcares se consideran altamente procesados y aportan energía yin excesiva, lo que puede provocar picos de glucosa en sangre y desequilibrios hormonales. Estudios publicados en JAMA Internal Medicine han vinculado el consumo de azúcares refinados con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y obesidad.

4. Alimentos procesados y refinados

Los alimentos altamente procesados, como panes blancos, pasteles, galletas, frituras, y otros productos ultraprocesados, deben evitarse. Estos alimentos a menudo contienen aditivos, conservantes, grasas trans y azúcares refinados que no solo desestabilizan el equilibrio energético, sino que también carecen de valor nutricional. Kristina enfatiza que una dieta rica en alimentos ultraprocesados puede contribuir a una salud deficiente y reducir la claridad mental.

5. Bebidas azucaradas y alcohol

Las bebidas azucaradas, como los refrescos, jugos con azúcar añadida y bebidas energéticas, deben evitarse debido a su alto contenido en azúcares refinados y calorías vacías. El alcohol también se limita o evita, ya que puede alterar el equilibrio energético del cuerpo y contribuir a la inflamación y otros problemas de salud. 

Un estudio en The Lancet concluyó que no hay un nivel seguro de consumo de alcohol, ya que incluso el consumo moderado se asocia con un mayor riesgo de cáncer y otras enfermedades.

6. Grasas saturadas y trans

Las grasas saturadas (presentes en productos como la mantequilla, la margarina, y ciertos aceites vegetales hidrogenados) y las grasas trans deben evitarse. Estas grasas se consideran altamente yang y pueden contribuir a enfermedades cardiovasculares al aumentar los niveles de colesterol LDL (colesterol «malo»). La American Heart Association recomienda reducir el consumo de grasas saturadas y trans para mantener la salud del corazón y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.

7. Frutas tropicales y zumos

Algunas frutas tropicales, como plátanos, piñas, mangos y papayas, se deben consumir con moderación o evitar, ya que se consideran altamente yin debido a su alto contenido de azúcar y naturaleza tropical, lo cual puede no ser adecuado para todas las personas según la filosofía macrobiótica. Además, los zumos de frutas, especialmente aquellos con azúcar añadida, también deben evitarse, ya que carecen de la fibra beneficiosa de la fruta entera.

8. Especias y condimentos artificiales

El uso de especias fuertes, salsas industriales, y condimentos artificiales, como el glutamato monosódico (MSG), se evita en la dieta macrobiótica. Estos condimentos pueden contener aditivos y conservantes que no se alinean con el enfoque natural de la dieta y pueden alterar el equilibrio de sabores naturales que se busca promover.

9. Alimentos congelados y enlatados

Los alimentos congelados y enlatados se limitan o evitan, ya que a menudo contienen conservantes y pueden carecer de los nutrientes frescos de los alimentos naturales. La dieta macrobiótica promueve el consumo de alimentos frescos, locales y de temporada para asegurar la mayor calidad nutricional y energética.

¿Cuáles Son Los Contras de la Dieta Macrobiótica?

Aunque la dieta macrobiótica ofrece varios beneficios para la salud, también presenta algunas desventajas y posibles carencias que deben tenerse en cuenta. 

A continuación, se detallan los principales contras de la dieta macrobiótica, respaldados por comentarios de los expertos de Mindvalley y estudios científicos:

1. Carencia de nutrientes esenciales

Una de las principales preocupaciones con la dieta macrobiótica es la posible deficiencia de ciertos nutrientes esenciales. Debido a que esta dieta limita o evita alimentos como carnes, productos lácteos, y ciertos tipos de frutas y verduras, puede ser deficiente en:

  • Proteínas completas: Aunque la dieta incluye legumbres y productos de soja, la ausencia de carne y productos animales puede dificultar la obtención de todos los aminoácidos esenciales. Ben advierte que las personas que siguen una dieta macrobiótica deben ser conscientes de sus necesidades proteicas y considerar fuentes vegetales complementarias o incluso suplementos para asegurar una ingesta adecuada.
  • Vitamina B12: La vitamina B12 se encuentra principalmente en productos animales, por lo que una dieta macrobiótica estricta puede conducir a una deficiencia de esta vitamina, esencial para la salud del sistema nervioso y la producción de glóbulos rojos. Según estudios publicados en The American Journal of Clinical Nutrition, las personas que siguen dietas basadas en plantas, como la macrobiótica, están en mayor riesgo de desarrollar deficiencias de B12 si no suplementan adecuadamente.
  • Calcio y vitamina D: La eliminación de productos lácteos puede llevar a una ingesta insuficiente de calcio, que es crucial para la salud ósea. Además, si no se consumen alimentos fortificados con vitamina D, puede haber una deficiencia de esta vitamina, que es vital para la absorción del calcio y la salud inmunológica.
  • Ácidos grasos omega-3: Aunque la dieta macrobiótica permite el consumo limitado de pescado, la ingesta de ácidos grasos omega-3 puede no ser suficiente. Estos ácidos grasos son importantes para la salud cardiovascular y cerebral. Eric sugiere que aquellos que siguen esta dieta consideren fuentes de omega-3 de origen vegetal, como las semillas de lino y chía, o incluso suplementos de omega-3.

2. Rigidez y restricciones alimentarias

La dieta macrobiótica puede ser bastante restrictiva, lo que puede dificultar la adherencia a largo plazo para algunas personas. La necesidad de limitar ciertos alimentos y seguir principios específicos sobre la preparación y consumo de alimentos puede hacer que sea difícil de mantener, especialmente en situaciones sociales o en entornos donde las opciones alimenticias son limitadas. Kristina menciona que la rigidez de la dieta puede llevar a sentimientos de privación o a una relación poco saludable con la comida, lo que podría ser contraproducente para el bienestar emocional.

3. Posible falta de variedad en la dieta

La dieta macrobiótica se centra en un grupo limitado de alimentos, lo que puede resultar en una falta de variedad. Esta monotonía alimentaria puede no solo disminuir el placer de comer, sino que también podría reducir la ingesta de una amplia gama de fitonutrientes, que son esenciales para la salud general. Una dieta menos variada también puede aumentar el riesgo de desarrollar intolerancias alimentarias o alergias.

4. Riesgo de desnutrición en poblaciones vulnerables

Los estudios han señalado que las dietas macrobióticas pueden no ser adecuadas para todas las poblaciones, especialmente para niños, mujeres embarazadas o lactantes, y personas con ciertas condiciones de salud

Un estudio publicado en European Journal of Clinical Nutrition indicó que los niños que siguen dietas macrobióticas estrictas pueden estar en riesgo de retraso en el crecimiento y desarrollo debido a deficiencias nutricionales, particularmente de vitamina B12, hierro, y vitamina D.

5. Falta de evidencia científica concreta

Aunque la dieta macrobiótica se ha promocionado como una forma de mejorar la salud y prevenir enfermedades, la evidencia científica específica que respalde muchos de estos beneficios aún es limitada. Algunos estudios sugieren beneficios potenciales, como la mejora de la salud digestiva o la reducción de la inflamación, pero la mayoría de los estudios no son concluyentes o no han sido replicados en ensayos clínicos a gran escala. 

Ben señala que, aunque la dieta tiene méritos, muchas de las afirmaciones de salud deben ser tomadas con cautela hasta que haya más estudios científicos rigurosos que confirmen sus beneficios.

6. Posible impacto psicológico negativo

La adherencia estricta a la dieta macrobiótica puede llevar a un enfoque rígido y poco flexible hacia la alimentación, lo que podría contribuir a la ortorexia nerviosa, un trastorno alimenticio caracterizado por una obsesión poco saludable con comer alimentos considerados puros o saludables. Esto puede afectar la calidad de vida y la relación de una persona con la comida.

En conclusión, aunque la dieta macrobiótica tiene varios beneficios, también presenta algunas desventajas y riesgos potenciales. Es crucial que quienes consideren adoptar esta dieta lo hagan con una comprensión clara de sus posibles carencias y se aseguren de planificar cuidadosamente para obtener todos los nutrientes necesarios. 

Los expertos de Mindvalley, como Ben, Eric, y Kristina, enfatizan la importancia de un enfoque equilibrado y personalizado hacia la alimentación para garantizar que se satisfagan todas las necesidades nutricionales y de bienestar.

Cómo Iniciarse En La Dieta Macrobiótica

A continuación, te presentamos una guía paso a paso para comenzar con la dieta macrobiótica, respaldada por los consejos de expertos de Mindvalley y evidencia científica.

1. Educación y conocimiento inicial

Antes de comenzar, es fundamental entender los principios básicos de la dieta macrobiótica. Se recomienda investigar sobre la filosofía del yin y el yang y cómo se aplica a la alimentación. 

Puedes leer libros, asistir a talleres o cursos en línea ofrecidos por expertos en el tema, como los programas de Mindvalley. Ben, experto en longevidad de Mindvalley, sugiere comprender cómo los diferentes alimentos afectan la energía del cuerpo y aprender a equilibrar los alimentos para promover la salud óptima.

2. Incorporar gradualmente los alimentos macrobióticos

En lugar de hacer un cambio drástico, comienza incorporando gradualmente más alimentos macrobióticos en tu dieta diaria. Esto puede incluir:

  • Granos enteros como arroz integral, quinoa, mijo y cebada.
  • Vegetales frescos y de temporada, preferiblemente orgánicos y locales.
  • Legumbres como lentejas, garbanzos, y frijoles.
  • Alimentos fermentados como miso, tempeh y chucrut.
  • Pescado blanco en pequeñas cantidades, si decides no ser completamente vegetariano.

Kristina, cofundadora de Mindvalley, recomienda hacer cambios progresivos para permitir que tu cuerpo se ajuste sin sentirse abrumado. Por ejemplo, podrías empezar con una comida macrobiótica al día y luego aumentar gradualmente.

3. Eliminar progresivamente los alimentos no macrobióticos

Simultáneamente, comienza a reducir y eventualmente eliminar los alimentos que no forman parte de la dieta macrobiótica:

  • Carnes rojas y procesadas
  • Productos lácteos
  • Azúcares refinados y edulcorantes artificiales
  • Alimentos procesados y ultraprocesados
  • Bebidas azucaradas y alcohol

Al eliminar estos alimentos, asegúrate de encontrar alternativas saludables y equilibradas que se alineen con los principios macrobióticos.

4. Aprender nuevas formas de cocinar y preparar alimentos

La preparación de alimentos es una parte crucial de la dieta macrobiótica. Se fomenta cocinar en casa utilizando métodos sencillos como el vapor, el hervido, la cocción lenta, y el salteado con aceites saludables. Evita métodos de cocción que impliquen freír en exceso o usar microondas. Aprender a preparar recetas macrobióticas puede ser una forma divertida de experimentar en la cocina. Hay muchos recursos en línea, incluidos videos y recetas de expertos, que pueden ayudarte a comenzar.

5. Crear un plan de comidas equilibrado

Es esencial planificar tus comidas con anticipación para asegurar que estás obteniendo una variedad equilibrada de nutrientes. Eric sugiere que un plan de comidas debe incluir una combinación equilibrada de carbohidratos complejos, proteínas de origen vegetal, grasas saludables y una variedad de vegetales. Considera hacer un plan semanal que incorpore diferentes granos, legumbres y vegetales para mantener la variedad y el interés en tu dieta.

6. Incorporar la alimentación consciente

La dieta macrobiótica no solo se centra en lo que comes, sino también en cómo comes. Practicar la alimentación consciente significa prestar atención a las señales de hambre y saciedad, comer despacio, disfrutar cada bocado y estar presente durante las comidas. 

Kristina enfatiza que la alimentación consciente puede mejorar la digestión y fomentar una relación más saludable con la comida, lo cual es fundamental para una dieta equilibrada.

7. Monitorizar tu salud y ajustar según sea necesario

Es importante monitorear cómo te sientes física y mentalmente a medida que adoptas la dieta macrobiótica. Toma nota de cualquier cambio en tus niveles de energía, digestión, y bienestar general

Si experimentas fatiga, debilidad, o síntomas de deficiencia nutricional (como mareos o anemia), puede ser necesario ajustar tu dieta o considerar suplementos. Ben recomienda consultar con un profesional de la salud o un nutricionista que esté familiarizado con la dieta macrobiótica para asegurarse de que estás cumpliendo con todas tus necesidades nutricionales.

8. Considerar la suplementación

Dado que la dieta macrobiótica puede ser deficiente en ciertos nutrientes, como la vitamina B12, la vitamina D, el hierro y los ácidos grasos omega-3, es posible que necesites considerar la suplementación. Un profesional de la salud puede ayudarte a determinar qué suplementos son necesarios según tus necesidades individuales.

9. Buscar apoyo y comunidad

Unirse a grupos de apoyo o comunidades que practiquen la dieta macrobiótica puede ser de gran ayuda. Participar en foros en línea, asistir a clases de cocina macrobiótica, o conectar con otras personas que siguen esta dieta puede proporcionarte apoyo, motivación y consejos útiles. Uno de ellos es la comunidad de Mindvalley, donde podrás encontrar a personas que siguen diferentes dietas, entre ellas la macrobiótica, y con los que podrás compartir tus inquietudes y dudas. 

10. Mantener una mentalidad abierta y flexible

Finalmente, es importante mantener una mentalidad abierta y flexible. La dieta macrobiótica debe ser un enfoque sostenible y equilibrado hacia la salud. Si bien es importante seguir los principios, también es crucial escuchar a tu cuerpo y hacer ajustes según sea necesario. Los expertos de Mindvalley, como Ben y Kristina sugieren que la clave para el éxito a largo plazo es encontrar un equilibrio que funcione para ti, sin rigidez excesiva.

Conclusión

La dieta macrobiótica es un enfoque holístico de la alimentación que promueve la salud física, mental y emocional mediante el consumo de alimentos naturales y equilibrados. 

Aunque ofrece múltiples beneficios, como la mejora de la digestión y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas, también requiere atención cuidadosa para evitar posibles deficiencias nutricionales. 

Al comenzar esta dieta, es fundamental educarse, planificar adecuadamente las comidas y mantenerse flexible para adaptarse a las necesidades individuales. Con una aproximación equilibrada y consciente, la dieta macrobiótica puede ser una herramienta poderosa para mejorar el bienestar general.

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Escrito por

Olivia Gracia

Olivia Gracia es redactora de diversos medios digitales y tiene formación en Psicología y crecimiento personal por la Gestalt. Además, tiene formación superior en Marketing Online. Es autora de un libro sobre cuentos cortos de desarrollo personal para niños y adolescentes.
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Olivia Gracia

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El nombre de Ben Greenfield es famoso en el campo del biohacking. Es más, este entrenador de rendimiento cuenta con la confianza de los mejores atletas y directores ejecutivos.

¿Por qué? Empieza con una revelación personal sobre su salud a los 35 años. Descubrió que su edad biológica era mucho mayor que su edad real. Durante dos años, se dedicó a la auto-experimentación intensiva con varios biohacks y fue capaz de reducir con éxito su edad biológica a 20, una disminución significativa de 17 años, todo ello sin necesidad de equipo especial o esfuerzo excesivo.

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