Hay una sensación de calidez en todo tu cuerpo a medida que abrazas la sensación de estabilidad. Tu respiración se ralentiza y hay un espacio en tu corazón. Las comisuras de tu boca se convierten en una sonrisa, irradiando la vibración del amor que proviene de tu abundancia.
De eso se trata la gratitud. Y podemos hacerlo cualquier día.
Como dice el filósofo romano Lucio Anneo Séneca: “Nada es más honorable que un corazón agradecido”.
¿Qué es la gratitud?
Proveniente de la palabra latina «gratus», que significa ‘agradable’ o ‘agradecido’, la gratitud es más que simplemente decir ‘gracias’. Es la sensación abarcadora de aprecio que amplifica la positividad en tu vida y eleva tu vibración.
Lo grandioso de esta emoción es que es un catalizador para la felicidad. Es un concepto lo suficientemente simple de comprender, requiere poco esfuerzo para practicarlo y hay muchos estudios científicos que demuestran su efectividad.
Toma, por ejemplo, este estudio realizado por Joshua Brown y Joel Wong, profesores en la Universidad de Indiana, se enfocó en investigar los efectos de la gratitud en personas con problemas de salud mental, dado que la mayoría de los estudios previos habían sido realizados en individuos saludables.
Publicado en 2016, el estudio incluyó a 293 participantes, principalmente estudiantes que buscaban servicios de salud mental. Los participantes fueron divididos en tres grupos: uno escribió cartas de agradecimiento semanalmente durante tres semanas, otro reflexionó sobre experiencias negativas y el último no realizó ninguna actividad relacionada con la escritura.
Los resultados mostraron que quienes escribieron cartas de gratitud reportaron una mejora significativa en su salud mental cuatro y doce semanas después de completar la actividad, en comparación con los otros grupos.
Los autores concluyeron que la práctica de la gratitud, combinada con la terapia, puede ofrecer beneficios adicionales y sugieren que podría estar relacionada con una mayor actividad en la corteza prefrontal medial del cerebro, asociada con el aprendizaje y la toma de decisiones.
Además, destacaron que el agradecimiento es una habilidad que se puede desarrollar y entrenar a lo largo del tiempo, sugiriendo que siempre hay oportunidad para mejorar nuestra neurobiología en este aspecto.
Los beneficios de la gratitud
Así como el sol es esencial para tu cuerpo, la gratitud lo es para tu mente. Cuando la practicas a diario, hay varios beneficios para tu bienestar:
Beneficios emocionales. Impacta positivamente en tu autoestima, potencia las emociones positivas y te deja mucho más feliz.
Beneficios sociales. Atraes a personas positivas a tu vida, mejoras tus relaciones románticas y fortaleces los lazos familiares, especialmente en momentos de estrés.
Beneficios de personalidad. Eres más optimista, lo que te anima a ser más generoso y menos propenso al materialismo.
Beneficios profesionales. Eres más paciente y mejor en la toma de decisiones; te ayuda a encontrar significado en tu trabajo y mejora el estrés y la salud mental relacionados con tu faceta profesional.
Beneficios físicos. Reduce los síntomas depresivos, te ayuda a dormir mejor y te motiva a tomar decisiones más saludables.
La práctica de la gratitud te anima a contar tus bendiciones, enumerándolas en la forma recomendada de “Estoy agradecido por…” Por ejemplo: “Estoy agradecido por la luz del sol”, “Estoy agradecido por estar vivo”, o incluso “Estoy agradecido por haber encontrado este artículo” (bueno, lo estás leyendo por una razón…)
Y mientras cultivar la gratitud regularmente es como absorber un poco de la buena Vitamina D bajo el sol de media mañana, hay una gran diferencia entre estar agradecido y sentir gratitud.
Ser vs. sentir
No estamos tratando de ser pedantes con la gramática. (Está bien, tal vez un poco.) Pero ser y sentir son dos cosas diferentes.
Estoy agradecido. Esta frase describe un estado de ser y tiene que ver con la mente.
Te dice en qué bendiciones ha elegido enfocarse una persona con el esfuerzo intencional de construir un concepto de sí misma más saludable. Un ejemplo es: “Estoy agradecido por mi familia.”
Siento gratitud. Esta frase describe un estado de sentir y tiene que ver con las emociones.
Te dice qué sensaciones está experimentando una persona en el momento. Ten en cuenta que los sentimientos pasan. Por ejemplo, “Siento gratitud porque mi esposo está cocinando la cena esta noche.”
La diferencia puede parecer tan sutil como el sol de media mañana y el sol de la tarde, pero los resultados de cada uno son bastante diferentes.
Sentir gratitud muestra aprecio y agradecimiento, pero no siempre lleva a una acción significativa en tu vida. Ser agradecido, en cambio, sí lo hace.
Exige presencia y atención plena. Y esa presencia es una energía sanadora que te llevará a otro nivel de conciencia y te guiará hacia tu yo más auténtico.
Ser o sentir: no hay nada de malo en ninguna de las dos. Recuerda que una define quién eres mientras que la otra es lo que sientes momentáneamente.
Pero el problema comienza cuando empiezas a mezclar ambas o a usarlas en exceso; al igual que estar demasiado tiempo al sol, hay una posibilidad de que afecte negativamente tu salud.
El lado negativo de la gratitud
La gratitud es muy valorada en lo que respecta a la salud mental, por lo que es difícil ver que tiene un lado negativo. Después de todo, nos enseñaron a contar nuestras bendiciones para atraer más de ellas. (Y cuán cierto es eso en este momento de la historia, donde hay disturbios y una pandemia).
La realidad es que todos tenemos malos momentos a veces.
Por ejemplo, supongamos que acabas de ser rechazado. Te estás ahogando en lágrimas de desamor y entumecimiento. Apenas puedes levantarte de la cama. Puede que te hayas duchado o no (no juzgaremos eso).
Así que, cuando alguien dice: “deberías estar agradecido de haber esquivado esa bala,” “hay otros peces en el mar,” o incluso “las cosas podrían ser mucho peores”… a eso, pensamos que la respuesta apropiada debería ser: “ummm, ¿gracias?”
Los consejos bien intencionados siempre son bienvenidos; como mencionamos antes, practicar la gratitud definitivamente tiene sus beneficios. Pero en momentos difíciles como una ruptura, puedes estar agradecido sin sentir gratitud.
Cuando te fijas demasiado en el ‘lado positivo,’ tiendes a olvidar reconocer algunas emociones muy válidas. Después de todo, la vida no es una escena de «La Vida de Brian» de Monty Python: ninguno de nosotros somos desgraciados atados a crucifijos cantando alegremente “Siempre mira el lado brillante de la vida.”
Forzar la gratitud
Forzarte a expresar gratitud es tan malo como las disculpas forzadas, como cuando eras más joven y tus padres te obligaban a decir “lo siento” a tu hermano. Puede que no te sintieras mal y también podría ser que no tuvieras la culpa. Al forzar una disculpa, se pasa por alto lo que sientes y no se llega al fondo del problema.
De manera similar, cuando la gratitud es forzada, pasas por alto tus emociones. Puede que funcione por un tiempo — la mentalidad de ‘finge hasta que lo logres’ — pero, como muestran las investigaciones, suprimir tus sentimientos puede aumentar tus niveles de estrés y otros problemas de salud mental.
El monje budista Gelong Thubten lo dijo perfectamente: “La gratitud no solo es por las cosas buenas… La gratitud puede ser por todo. Las cosas difíciles son las que nos desafían a crecer.”
Tener momentos difíciles no significa que seas desagradecido, pero sí te brinda una gran oportunidad para sentarte con tus sentimientos y reconocer lo malo. Esto te permitirá mantener tu actitud hacia la gratitud bajo control.
Cómo practicar la gratitud
La gratitud es un mercado en auge por sí mismo. Hay diarios, aplicaciones, charlas, talleres, sitios web llenos de citas y muchos más que prometen ayudarte a transformar tu vida. Pero todo comienza desarrollando este increíble hábito.
El problema con la felicidad es que las personas no la practican.
Paul McKenna, entrenador del programa Felicidad Diaria de Mindvalley
Ahora, si estás buscando maneras de cultivar esta actitud de apreciación, aquí hay tres sugerencias sobre cómo comenzar una práctica de gratitud de Paul McKenna en su programa Felicidad Diaria en Mindvalley:
1. Reentrena tu cerebro
Cuando estamos estresados, muchos de nosotros nos enfocamos en lo que está mal o en lo que podría salir mal en nuestras vidas. Realmente no es culpa nuestra. Simplemente, nuestros cerebros están programados para la supervivencia — se llama ‘lucha o huida.’
Según Paul, quien también es un hipnoterapeuta reconocido internacionalmente, “lo que practicamos, se nos da bien.” Así que las personas que piensan en lo que podría salir mal todo el tiempo están entrenando a sí mismas para estar constantemente en estado de alerta.
La manera en que te sientes cada momento es un resultado directo de cómo estás usando tu cuerpo y de las imágenes y sonidos que estás creando en tu mente.
Paul McKenna, entrenador del programa Felicidad Diaria de Mindvalley
Aquí es donde la atención plena puede ayudar.
Experimentar el momento tal como es te permite salir de tu cabeza. Puede ayudarte a limpiar tu ‘desorden mental’, lo cual es especialmente beneficioso para aquellos que buscan cómo practicar la gratitud cuando están deprimidos. Agregado a una práctica de gratitud, los resultados son asombrosos.
Lo que Paul sugiere: Recuerda, te vuelves bueno en lo que practicas, así que hazte el hábito de enfocarte en lo que está bien en lugar de lo que está mal.
Cada vez que notes emociones positivas, tómate un momento para expresar tu gratitud y reconocer lo bien que te sientes. Intenta buscar más de esos buenos sentimientos.
2. Medita
“Muchas personas no se dan cuenta de cuánto estrés afecta a sus vidas,” explica Paul. Añade que el estrés impacta “no solo su bienestar psicológico, sino también su bienestar físico y su salud.”
De hecho, un gran número de nosotros está tan estresado que a veces lucha por tomar decisiones básicas, como qué ponerse o qué comer.
La realidad es que todos experimentamos estrés. Es solo parte de quienes somos. Así que, si estás buscando algo que ayude a reducir el estrés y aumentar la gratitud, entonces la meditación es una gran práctica a la que acudir.
Lo que Paul sugiere: Resulta que Paul tiene una de las mejores meditaciones guiadas disponibles — La Gran Mente. Está inspirada por el Maestro Zen Genpo Roshi y te ayuda a dirigirte hacia la paz interior en minutos, ya seas un meditador experimentado o novato.
3. Escríbelo
Hay un viejo adagio que dice: «Si quieres recordar algo, escríbelo.» Y las personas que saben cómo practicar la gratitud a diario entienden que escribirlo es increíblemente poderoso.
De hecho, la investigación sugiere que escribir activa más regiones del cerebro que teclear. Así que, al optar por escribir a mano en lugar de usar un dispositivo, recordarás mejor el contenido.
Esto también se aplica a ser agradecido. Cuando haces un hábito diario de anotar las cosas por las que estás agradecido, sin importar cuán grandes o pequeñas sean, entrenas a tu cerebro para encontrar lo mejor en todas las situaciones posibles.
Lo que Paul sugiere: «Haz una lista de cosas que te traen alegría,» dice. Puedes comenzar un diario de gratitud — un método muy popular, podríamos añadir. O, si eres una persona visual, un frasco de gratitud siempre es una gran opción.
No hay una forma correcta o incorrecta de hacerlo, siempre que lleves un registro de la alegría y la gratitud que experimentas a lo largo del día.
Otras prácticas
Los actos de gratitud no se limitan a las tres sugerencias de Paul; hay numerosas formas de cultivar esta actitud. Aquí hay algunos principios más que puedes adoptar:
Haz algo amable por los demás. Lo maravilloso es que, cuando cultivas la gratitud, es más probable que seas amable con los demás. Y cuando eres amable con los demás, sientes más gratitud.
El ciclo se empodera una y otra vez. Nunca termina.
Así que, cuando te cueste encontrar algo por lo que estar agradecido, considera hacer algo amable por otra persona. Puede ser algo simple como abrir la puerta para alguien, esos pequeños actos de bondad tienen un gran impacto.
Rodéate de amor. Tu entorno juega un papel crucial en tus pensamientos y estados de ánimo.
Se necesita mucha energía y esfuerzo para mantener una actitud positiva cuando estás rodeado de negatividad. No siempre es fácil cambiar cosas como tu lugar de residencia o tu trabajo, pero es más fácil de lo que piensas rodearte de amor.
Crea una comunidad positiva de personas con las que puedas hacer amistad. Puede ser un club organizado o pasar el rato con amigos en una cafetería con buenas vibras y conversaciones.
Sé realista. La vida tiene sus altibajos. Aunque su radar se enfoca en pensamientos positivos, las personas agradecidas aún sienten emociones negativas como la tristeza, el miedo y la ira. Reconocen que la vida trae adversidades, pero también entienden que la gratitud auténtica es una forma de vivir.
Crea una vida llena de gratitud
La gratitud nos permite sentir los efectos de la bondad y encarnarla como parte de nuestro propósito en la vida. Cuando la experimentamos, queremos compartirla con los demás. Cuando somos agradecidos, elevamos nuestras vibraciones para ser más receptivos a las cosas buenas en nuestras vidas.
¡Si no haces nada más que vivir estos valores cada día, no puedes imaginar lo gratificante que se volverá tu vida!
Paul McKenna, entrenador del programa Felicidad Diaria de Mindvalley
Desarrollar una actitud de gratitud para toda la vida requiere práctica. Puedes encontrar orientación sobre cómo hacerlo en Mindvalley, donde los programas de crecimiento personal están constantemente — disculpa el juego de palabras — creciendo.
Participa en el programa Felicidad Diaria y deja que Paul McKenna te guíe para evolucionar hacia un yo más tranquilo y resiliente. Descubrirás cómo puedes gestionar mejor tu estrés y hacer de la «actitud de gratitud» tu nueva normalidad.
Al fin y al cabo, si tu actitud de gratitud conduce a rayos de felicidad, ¡mereces brillar intensamente como el sol!