Te voy a plantear la siguiente pregunta: ¿qué te haría más feliz, recibir un regalo, o regalar algo a alguien?
Puedes desear algo fervientemente. Pero lo que más te aportará en términos de una satisfacción profunda y duradera, será el hecho de obsequiar algo a alguien.
Las personas que se vuelcan en los demás son en general más felices que las egoístas.
Una obviedad, pensarás. Y sí, todos sabemos que dar y compartir nos hace sentir bien por dentro.
¿Pero nos hemos parado a pensar en exactamente cómo nos afecta el ser generosos?
Hablemos de los beneficios que aporta la generosidad a nuestra salud integral (mental, emocional, física y espiritual).
Además, respondamos a preguntas como: ¿qué es la generosidad inmaterial? y ¿tenemos todos algo que dar?
Ahora bien, volvamos al tema de la conexión entre la generosidad y la felicidad.
¿Puede uno incrementar su felicidad solo de pensar en un acto generoso?
Esta misma pregunta se hicieron unos investigadores de la Universidad de Zurich, Suiza.
Y así es como nació este sorprendente experimento.
Un estudio que sugiere que ser generoso con los demás, podría ser la clave para alcanzar la felicidad. Así como mejorar nuestro bienestar.
Y no sólo eso, el simple acto de pensar en hacer algo generoso, incrementa el estado de ánimo en el cerebro.
Los investigadores eligieron a 50 voluntarios. Se les informó que obtendrían unos 100$ en el plazo de unas semanas. Se les dividió en dos grupos:
- A una mitad se les dijo que podían gastarlo en ellos mismos
- A la otra, que lo invirtieran en un conocido
Con el fin de comprobar si el simple compromiso de llevar a cabo un acto generoso podría aumentar la felicidad o no.
Escanearon sus cerebros para medir la actividad de las tres regiones relacionadas a la generosidad. La felicidad, el poder de decisión y el comportamiento social.
Aquellos que donaron, mostraron mayores niveles de felicidad que quienes se quedaron el dinero. Además, tomaron decisiones más generosas en otras tareas independientes.
También cabe destacar que la cantidad de la donación no influía en los efectos de felicidad.
El autor principal, Philippe Tobler, remarcó que:
«…incluso las pequeñas cosas tienen un efecto beneficioso, como traer café a los compañeros de la oficina por la mañana».
No solo la acción de dar te hace más feliz, basta con pensarlo para sentirte más dichoso.
SIEMPRE recibimos algo a cambio
Según esta definición en wikipedia:
«La generosidad del ser humano es el hábito de dar o compartir con los demás sin recibir nada a cambio».
Puede ser que no nos hayamos parado a reflexionar sobre est; pero el acto de bondad siempre nos brinda algo de vuelta.
El hombre sabio sabe que cuanto más da a los demás, más tiene para sí.
– Lao Tzu
Ser generoso no solo incrementa la felicidad, como ya venimos hablando.
El hacer de la generosidad un hábito regular impacta inmensamente tu bienestar.
Ganamos en bienestar físico, mental, emocional y espiritual.
Estimula la producción de químicos como la dopamina
Sus principales funciones son el placer, la motivación, el aprendizaje, etc.
Distintos experimentos, comprobaron que ser generoso, activa ciertos centros de placer. Los mismos que si comieras chocolate o llevaras a cabo una actividad relajante.
Además, se sabe que la hormona oxitocina está relacionada con la generosidad. Un experimento indicó que la hormona afectaba dos veces más a la generosidad que al altruismo.
Reduce la depresión y estrés
Gozamos así de una mejor salud, que se traduce en una mayor esperanza de vida.
Cuando damos, nos nutrimos y reparamos.
Mejora la autoestima y el sentido de autosuficiencia
Con ello, se reducen las preocupaciones y se consigue que la presión sanguínea baje a niveles saludables.
Obtienes mayor éxito laboral
La generosidad es clave en el ámbito laboral. Compartir información y aprendizaje nos ayuda a prosperar.
Tanto al que da como al que recibe.
Además, a la larga, la generosidad puede volver a nosotros en forma de nuevas oportunidades.
Sirves de ejemplo y motivación
Al ser generosos con los demás ponemos en marcha la cadena de la reciprocidad.
Dar a los demás contribuye a que ellos se vuelvan más bondadosos en sus propias vidas.
Cuidas más tu entorno
La generosidad no solo se limita a las relaciones humanas.
Las personas generosas también suelen sentir un gran respeto por su entorno. Viven una vida más consciente y centrada en cuidar y compartir los recursos ya existentes.
Creces espiritualmente
Al ir evolucionando, incorporamos nuevos valores a nuestra vida.
Valores como la generosidad, el desapego, la compasión, el agradecimiento, etc.
Es poniendo en práctica estas virtudes, que creamos un sentido de satisfacción plena con la vida.
Descubrimos que lo importante de la vida no son los intereses personales. Si no la entrega generosa a uno mismo, a los demás y a la vida.
La esencia de la vida es el amor. Y la generosidad es la expresión de ese amor.
Cuando das, iluminas al mundo con tu amor.
La generosidad material vs. inmaterial
¿Cuánto dinero necesitamos para ser generosos?
Cero.
La generosidad no se mide en regalos ni en cheques. Es gratuita, infinita y todos tenemos algo para dar:
- nuestro amor
- paciencia
- una sonrisa
- apoyo
- consejos
- un favor
- un abrazo
Pero, sobre todo, nuestro tiempo.
Lo que más valoran los demás es tu atención. El tiempo que inviertes en otra persona es el mejor regalo que puedes hacer.
Lo inmaterial nos llena de una felicidad duradera. Mientras que los obsequios materiales nos agradan, pero de forma pasajera.
El arte de regalar lo invisible
Nuestra presencia puede ser un magnífico y muy poderoso regalo a los demás.
Tu forma de ser y de actuar, puede afectar a tu alrededor más de lo que imaginas, ya que irradias constantemente energía.
Sintoniza con tu energía más elevada y regala a los demás tu magnífica presencia.
La energía que desprendes puede transformar la vida de los que te rodean.
Y también de los que no te rodean…
De eso trata, por ejemplo, la curacióna distancia. Enviar energía a alguien con el motivo de curar o mejorar su estado emocional y energético. Independientemente de la distancia.
Ya concluyendo, podemos decir que la generosidad es ilimitada.
No depende del dinero que poseamos.
Todos somos capaces de regalar lo más valioso que tenemos: nuestro amor y tiempo.
Todos tenemos un amor infinito que compartir con el resto.
La generosidad es la ruta principal a una vida más plena, y una virtud que se puede cultivar en cualquier momento de nuestras vidas.
Así que, ¿qué esperas?, ¿qué actos generosos puedes llevar a cabo YA para ganar en bienestar? ¡Cuéntanos!