¿Qué tienen en común la mansión de Bill Gates, la sede de Virgin Airways, el Museo Guggenheim de Nueva York, el MGM Grand Hotel, la Trump International Tower y La torre Taipei 101 de Taiwán? Además de vincularse a exitosas personas o corporaciones, su punto en común es la aplicación de los principios del Feng Shui en su estructura y ambiente.
El Feng Shui busca establecer una relación entre la armonía interna del ser humano con la del entorno en el que se desenvuelve.
¿Y cómo lo hace? Creando ambientes en los que el Chi o energía vital esté en equilibrio, es decir, que fluya de una forma parecida al aire en la totalidad del espacio, sin bloqueos y sin escapes.
En esta oportunidad, conocerás por qué el Feng Shui va mucho más allá de colocar unas campanas colgantes de viento o cambiar de lugar los espejos.
La ciencia ha evidenciado que se trata de un complejo sistema matemático, que contiene conocimientos procedentes de más de 3000 años atrás, del Budismo, del Tao, del Libro de las Mutaciones o I-Ching y de la Astrología china.
También ha sido influenciado por ciencias modernas como la ergonomía, la psicología, la geofísica, la ingeniería ambiental, la arquitectura, la bioenergética, la ecología y la construcción biológica o Bau- biology.
Para la adecuada fluidez del aliento vital o Prana, como también se le conoce, se establecen parámetros y fórmulas basadas en los conceptos del Principio Yin/Yang, las reacciones químicas de los Cinco Elementos (Metal, Agua, Madera, Fuego y Tierra) y los Ocho Trigramas.
También se consideran la influencia de los Puntos Cardinales e incluso la interacción con el movimiento de los planetas del sistema solar.
Veamos cómo influyen algunos de estos factores.
La presencia de los opuestos
El universo, caracterizado por el dinamismo y el cambio, se compone de dos energías primitivas. Etas son consideradas polos opuestos y a la vez complementarios: el Yin y el Yang. Seguramente habrás visto el símbolo Tai Ji que suele representar estas fuerzas, un círculo conformado por dos “S” una blanca y otra negra, con un punto del color contrario en su interior.
Este símbolo que representa el balance natural, plantea que no podemos conocer o experimentar algo en la realidad si no conocemos su opuesto, pues son dos caras de una misma moneda.
El Feng Shui identifica que la energía Yin es pasiva, interna y femenina; mientras la Yang es activa, externa y masculina.
Todos los elementos de la naturaleza tienen ambas energías. El tener un balance inadecuado puede reflejarse en relaciones discordantes, quebrantos de salud, entre otras alteraciones en nosotros y en nuestro entorno.
Interacciones para potenciar o neutralizar
Además de tener la energía de los opuestos, contamos también con la generada por los Cinco Elementos. Nos referimos a la Madera, el Agua, el Metal, el Fuego y la Tierra. Estos elementos representan las formas en que se manifiesta e interactúa el Chi.
La filosofía oriental plantea que estos Cinco Elementos se relacionan cíclicamente bajo 3 modalidades: el ciclo productivo, el de dominación y el reductivo.
En el primero existe un balance, pues cada elemento genera de forma exitosa el siguiente. El ciclo productivo indica que:
- El Metal puede albergar y contener el Agua
- El Agua da vida a la Madera
- La Madera tiene capacidad de engendrar Fuego
- El Fuego se hace cenizas y alimentan a la Tierra
- La Tierra es el lugar de donde procede el Metal.
El ciclo de dominación supone que cada elemento puede destruir al otro. En ese caso:
- El Metal es fundido por el Fuego
- Al Fuego lo vence el Agua
- El Agua puede dominarse con la Tierra que la absorbe
- La Tierra alimenta a la Madera que extrae su energía
- La Madera es dominada por el Metal que puede quebrarla
De esta manera, se pueden potenciar energías y pueden reducirse o eliminarse por completo, a fin de alcanzar de nuevo un balance. Ahí radica la importancia de los 3 ciclos en Feng Shui.
Estos Cinco Elementos tienen su correspondencia en determinados colores, estaciones y puntos cardinales. Para activar alguno de los elementos de la naturaleza, puede implementarse más bien el color o el punto cardinal correspondiente, generando el mismo efecto.
Feng Shui: un mapa energético
Otro de los fundamentos claves del Feng Shui son los Ocho Trigramas. Se tratan de símbolos poderosos que representan los estados del cambio o la transformación.
Cada trigrama combina líneas continuas o interrumpidas, describe una energía, una forma de movimiento en el proceso de cambio universal y representa el modo como acontece.
A ellos también les corresponde una parte del cuerpo, una dirección, un color y, lo más importante, un tesoro de la vida, como la salud, la abundancia, el amor, el trabajo, entre otros.
De la combinación de estos trigramas se conforman los 64 hexagramas del I Ching, pero los 8 solos conforman el pa kua o ba gua. Así se llama el mapa energético que sigue los preceptos del I Ching o Libro de las Mutaciones.
Estos mapas son usados para localizar en cada ambiente o estructura arquitectónica el área que corresponde a ese tesoro o aspecto de la vida. De esta manera pueden detectarse posibles bloqueos y diseñar un mejor flujo del Chi para esa área.
Esto suele determinarse partiendo como punto de orientación, la entrada principal del espacio, que representa también el centro de ingreso energético. Es muy importante que aquellas habitaciones que estén situadas adecuadamente en el plano estén limpias y ordenadas para que el Chi fluya correctamente por ellas.
Si algún aspecto de la vida no está “representado” por algún espacio, es necesario compensar con ciertos elementos que completen esa presencia energética.
¿Más que una tendencia?
El Yin/Yang, los Cinco Elementos y los Ocho Trigramas son modalidades para comprender si algún entorno o estructura tiene un Chi que fluye armoniosamente o que está bloqueado.
Además, el Feng Shui los implementa para evaluar otros factores que pueden resultar beneficiosos o perjudiciales. Por ejemplo el equilibrio en la energía cromática, la dirección y facilidad de circulación de los vientos, los cursos de agua, entre otros.
Para algunos, el Feng Shui puede ser simplemente una manera de imitar a celebridades como los Beckham, Oprah Winfrey, Richard Gere o Ricky Martin, famosos que suelen usar estos principios en sus espacios y que ha contribuido en su armonía.
Para otros puede ser una tendencia de moda, la confunden con imitar el diseño de interiores de ciertas estructuras o con trucos sencillos como colocar la figura de algún animal hacia el Norte.
Lo cierto es que esta filosofía tiene detrás todo un sistema milenario y una tradición que puede favorecer a quienes entiendan su verdadero significado. Quizá el Feng Shui pueda eliminar ciertos atascos de los que no te habías percatado.
A continuación te diremos cómo decorar tu casa para obtener todos los beneficios que genera el Feng Shui y evitar toda energía discordante que pueda producirse en tu hogar.
Entrada
El acceso a tu casa funciona como la primera impresión. Debe dar la bienvenida a todo lo bueno: el amor, la prosperidad, la salud. Pero también debe facilitar la salida de todo lo negativo. Procura que no haya elementos que obstaculicen el flujo de energía.
Algunas ideas que puedes considerar para marcar una buena impresión, son las cerraduras cromadas en la puerta o las alfombras con la palabra “Welcome”.
También puedes decorar los alrededores con macetas de flores naturales y quizá hasta agregar un timbre que suene melodiosamente o una campana de viento. Pero evita colocar espejos frente a la puerta, pues generará el escape de energía al funcionar como superficie de rebote.
La luminosidad y la apertura deben ser las protagonistas de esta zona. Se recomienda elegir colores claros como crema o blanco para las paredes, así se generará una sensación de amplitud. Si no recibe suficiente luz natural prueba con agregar algunas lámparas en el techo o de pie.
Es muy importante no solo en esta área sino en todos tus cuartos y espacios, mantener el orden y la limpieza.
Es un principio básico del Feng Shui.
Sala
Esta es la zona social de tu hogar, en donde se comparte la mayor parte del tiempo y en donde se intercambia energía.
Es importante que sea un espacio con buena ventilación, que se verá beneficiada si colocas algunas plantas en las esquinas como los potos, que evitarán el estancamiento o la fuga de energía.
La posición de los muebles es también esencial, pues no deberían nunca darle la espalda a la puerta. Apóyalos en la pared y colócalos preferiblemente en forma de L o en semicírculos, no enfrentados, para favorecer la comunicación.
Si quieres agregar una mesa, que sea ovalada.
Olvida por completo el uso de cuadros de naturaleza muerta, objetos rotos y fotos de familiares fallecidos. Si deseas colocar espejos, procura que estén laterales.
Este es el espacio más recomendado para colocar los dispositivos tecnológicos como equipos de música, televisores o videojuegos, pero no les des el protagonismo.
Cocina
La cocina es una zona de recarga, por lo que sus elementos deben contribuir a sentirnos más vitales y creativos. El Feng Shui recomienda que sus paredes sean de color amarillo, pues además de transmitir vigor y energía, favorecen la digestión.
Si tu estilo es más minimalista y amas las cocinas blancas, procura complementarla con toques de naranja, rojo o verde.
En cuanto a la distribución, lo ideal es que el área de cocción o fuego esté separada a la de aguas, por lo que puedes manejarlas mediante islas o colocar un mesón divisor.
Otra forma de mantener esta zona en equilibrio, es el uso de elementos naturales como el barro, para contrarrestar la energía de fuego, de agua y de acero que tienen de por sí estos espacios.
El cactus es una de las plantas favoritas para esta área porque son resistentes a los cambios bruscos de temperatura y absorben la mala vibra.
Habitación
Los colores tipo pastel son los que deben prevalecer en la habitación principal, pues son ideales para inducir a la relajación y el descanso. Asegúrate que la cama tenga un cabecero apoyado en la pared, lo que te aportará estabilidad. No la ubiques frente a la puerta, una ventana o delante de un espejo, porque puede perjudicar tu energía.
Tampoco coloques luces grandes, objetos pesados en la cabecera o ventiladores de techo, porque pueden perturbar tu sueño. Evita además la presencia de dispositivos electromagnéticos como televisores, teléfonos o tabletas, pues influyen en tu carga energética.
Lo que no puede faltar en tu dormitorio es la simetría, como por ejemplo, las mesitas de noche con lamparitas gemelas, que generarán un efecto de protección. Procura en lo posible que esta zona sea exclusivamente para el descanso, así que no trabajes ni te ejercites allí.
Es sumamente importante que con frecuencia revises tus armarios y gavetas para limpiar, ordenar y deshacerte de lo que no uses, esté viejo o deteriorado.
Aléjate de la acumulación compulsiva, así facilitarás que las energías se renueven en tu vida.
Pasillos
Las zonas de paso son como las venas de nuestro cuerpo, que conectan y llevan la energía a todos los ‘órganos’ del hogar.
Pero es importante que el Chi se movilice a una velocidad adecuada, por lo que las alfombras y los cuadros en los pasillos pueden ayudar a su moderación.
Baño
Esta es una zona de cuidado por la cantidad de desagües y de no estar armonizada generará una gran fuga de energía.
La pérdida de Chi se manifiesta en enfermedades o falta de dinero. Para evitarlo, recuerda mantener cerrada la puerta y la tapa del inodoro. Además, revisa que las llaves no estén goteando y que no haya filtraciones.
Si estabas buscando lugar para un espejo de grandes dimensiones, este es el ideal, pues aportará energía positiva y contrarrestará las discordantes que puedan concentrarse. También si usas una alfombra a la salida de la ducha, disminuirá el efecto de los escapes de agua.
Los tonos claros como azul, turquesa o verde, son los más recomendados.
Puedes estimular la circulación de energía mediante puntos de luz alógena, que además te ayudarán al momento del aseo personal, afeitado o maquillaje.
Los exteriores
La terraza o el jardín no deben quedarse abandonados.
Estos son lugares predilectos para los elementos que atraigan la prosperidad, como alguna fuente que sirva para renovar energías o un estanque con tortugas y peces.
Puedes complementar con crisantemos, un bonsai o algún bambú, que auguran la buena fortuna. También pueden funcionar la menta y el romero.
Los elementos colgantes son fabulosos en esta zona, solo ten en cuenta que el material del móvil dependerá de los puntos cardinales de tu hogar.
Conclusión
El Feng Shui nos invita a crear espacios que favorezcan el flujo armonioso de energía, promoviendo el equilibrio y el bienestar tanto en nuestro entorno como en nuestra vida personal. Al aplicar sus principios, podemos desbloquear energías estancadas, reducir el estrés y mejorar nuestra salud, relaciones y prosperidad.
No se trata solo de organizar objetos o de decorar de cierta manera, sino de entender cómo el entorno influye en nuestra energía interna y en cómo nos relacionamos con el mundo. Al integrar el Feng Shui en nuestra rutina diaria, estamos tomando el control de nuestra energía y eligiendo vivir de manera más consciente y armoniosa.
En última instancia, esta práctica milenaria nos ofrece las herramientas necesarias para transformar nuestro espacio y, con ello, desbloquear nuestro potencial para una vida más plena y equilibrada.
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