La única forma que tenemos de saber con certeza cómo nuestra conducta afecta a alguien, es a través de la retroalimentación.
La retroalimentación, es inherente a todas las interacciones entre un humano y otro.
Pero no siempre damos ni recibimos el feedback que deberíamos.
O bien, no lo expresamos de la mejor manera, o no tomamos el tiempo para ofrecer nuestro punto de vista.
La retroalimentación, promueve nuestro desarrollo personal y profesional. Nos ayuda a mejorar.
Sin un buen feedback, a veces no nos percatamos de problemas o mejoras que podríamos implementar.
Veamos porqué es tan importante una retroalimentación constructiva entre los individuos y cómo afecta en el ámbito profesional y educativo.
Y aprende a transformar la forma de ofrecer y recibir feedback a través de 5 efectivas estrategias.
¡Súper sencillas de poner en marcha!
¿Qué es la retroalimentación o feedback?
Nuestra forma de ser y el modo de ejecutar las tareas, generan un impacto sobre nuestro entorno.
Podemos hacernos una idea de cómo afecta a los demás, sacando nuestras propias conclusiones.
Pero hasta que no recibimos un feedback, no tendremos la convicción de cómo se siente la otra persona, o el impacto que han generado nuestros actos.
El feedback, es la respuesta a nuestras acciones.
En el caso ideal, la persona que va a dar la retroalimentación, debería tomar tiempo para analizar la situación. Para después reflexionar sobre la mejor forma de expresar su opinión.
El feedback ideal, proporciona críticas positivas, y posibilita ver lo que una persona puede cambiar para mejorar su enfoque y resultados.
Además, un buen feedback, puede ser el que nos ayude a dar con nuestras potencialidades.
Pero no siempre se da esta situación idónea.
A veces, se ofrece con dureza y sin tener en consideración cómo puede afectar a la otra persona.
Todo feedback, se considere una crítica o un elogio, puede expresarse de tal manera que sirva como un aliciente a nuestro crecimiento.
Retroalimentación positiva y negativa
Recibir un input externo, es fundamental para saber cómo estamos progresando. Y para identificar áreas de mejora.
Este input puede ser positivo o negativo.
No porque se dé de manera dañina o beneficiosa, si no porque transmite información sobre la adecuación o inadecuación de nuestros actos.
El feedback positivo, se da cuando algo se ha hecho bien. Y el negativo, cuando algo se ha hecho mal.
Ambos, pueden servir para mejorar el rendimiento de la persona a la que se da el feedback.
Retroalimentación en el trabajo
Hablando sobre este tema con un amigo, le pregunté qué opinaba él respecto al feedback en el trabajo.
Quería inspirarme con el punto de vista de alguien cercano y la verdad es que me sorprendió su respuesta:
“Para mi todo feedback es bueno. Pero casi nunca lo recibimos en el trabajo. Nuestro jefe anda ocupado y no dedica el tiempo suficiente en darnos una simple respuesta a cómo estamos llevando nuestro trabajo. Eso a veces es frustrante y afecta a nuestra motivación.”
Todos necesitamos retroalimentación para saber si vamos por el camino correcto, o si bien deberíamos cambiar de ruta.
Un feedback, del tipo que sea, nos ayuda a entender mejor cómo estamos ejerciendo nuestro trabajo.
Puede prevenir problemas futuros, pero sobre todo, puede mejorar el ánimo de los empleados, así como los resultados.
Todo trabajador, necesita un buen seguimiento por parte de su jefe. Un jefe que comunique las cosas que debe corregir. Pero también, las labores que está ejerciendo bien.
No todos los jefes utilizan estos espacios de retroalimentación.
Y algunos lo hacen, pero no de la forma correcta.
Ejemplos de cómo se ofrece el feedback en el trabajo
De manera negativa
Jefes que sólo se centran en los aspectos malos y por mejorar.
El trabajador trata de mejorar de manera muy intensa y bajo presión. Algo que acaba afectando a sus niveles de motivación y satisfacción.
De forma positiva
Directivos que solo resaltan las cosas buenas.
Priorizan la relación así como una comunicación empática. El empleado se siente más motivado y satisfecho. Pero le cuesta más crecer profesionalmente. Ya que desconoce los aspectos que debería mejorar.
No se da retroalimentación
Jefes que no realizan ninguna clase de feedback.
Los trabajadores desconocen por completo su rendimiento y cómo podrían mejorar su desempeño.
Tanto el feedback negativo como el positivo, son importantes. Pero debe darse un equilibrio.
Un líder ejemplar, sabe cómo contrapesar esa balanza. Y ofrece siempre una crítica constructiva acompañada de un elogio.
Retroalimentación en la educación
La retroalimentación, es una de las acciones más influyentes en la educación. Es una de las estrategias más efectivas para mejorar los aprendizajes de los estudiantes.
Es la única vía que tienen los estudiantes de saber cómo están evolucionando.
Una información que jamás encontrarán en un texto o exámen.
El feedback, les ayuda a estimularse y a motivarse para seguir aprendiendo. No está restringida sólo al feedback negativo (corregir errores). También ocupa un lugar importante el feedback positivo (remarcar sus aciertos).
Al ofrecer al estudiante una información provechosa, puede reconocer las consecuencias de sus acciones. Además, potencia sus fortalezas y le anima a seguir superándose.
Ventajas de una correcta retroalimentación a estudiantes:
- Promueve una buena comunicación entre docentes y estudiantes. Y entre los estudiantes y sus compañeros.
- Aclara metas y expectativas.
- Ganan en introspección.
- Les ayuda a superar dificultades.
Cinco estrategias de retroalimentación
Aquí te ofrecemos 5 estrategias para que puedas ofrecer el mejor feedback, aprendas a lidiar mejor con él, y para que trates de ponerlo en práctica más a menudo.
Céntrate en la calidad de los mensajes
¡Qué arte más difícil tener que dar un feedback, cuando no todo es positivo!
Si tienes que ofrecer un comentario crítico, elige con cuidado las palabras.
Ofrece una retroalimentación de una manera sincera, pero alentadora.
Evita palabras como “debes” y “tienes”. Y siempre acompaña tu comentario resaltando algo positivo.
Aprende a llevar mejor las críticas
¿Te afectan demasiado las críticas? Aprende a gestionarlas mejor.
Para empezar, evalúa de quién viene la crítica.
¿Es una persona de fiar?
¿Qué te dice tu instinto? No te tomes todo como algo personal.
A veces, las personas proyectan en otros sus propios problemas.
Reconoce tus emociones. Identifica qué emoción sientes ante las críticas.
Tal vez solo reacciones a algunas críticas en particular. ¿De qué tratan?
Tal vez sea hora de trabajar con esa área en específico.
Cuando tengas que responder a alguna crítica, habla siempre desde el corazón, y con honradez. Es mucho mejor que reaccionar de forma impulsiva y rencorosa.
Elige un día al mes para la retroalimentación
Esta es una práctica que me presentó una compañera de trabajo.
Una vez al mes, tiene una “reunión” con su pareja en la que ambos hablan de su relación. Y tienen la oportunidad de verbalizar cualquier problema o duda que quieran aclarar.
Ya sea con tu pareja, en tu trabajo o con tu familia, es una práctica que realmente beneficia a cualquiera que la prueba.
Necesidades individuales
Nos relacionamos con personas muy dispares. Cada uno debe recibir un feedback que se corresponda a su personalidad; para garantizar que el efecto sea positivo.
Algunos, precisarán un pequeño empujón para mejorar ciertos aspectos y, otros, deben ser tratados con extrema delicadeza para preservar su autoestima.
Lenguaje corporal
Un ceño fruncido, estar de brazos cruzados, mirar constantemente el reloj.
Tu lenguaje corporal, puede denotar mucho más de lo que piensas.
Y puede enviar un doble mensaje que puede realmente aturdir a la otra persona.
Trata de controlar tus gestos y movimientos y mantén una expresión neutral.
¿Sabías que según los expertos, tus expresiones te construyen?
La retroalimentación, es necesaria para nuestro crecimiento.
Una buena retroalimentación, nos permite corregir errores y reducir nuestra incertidumbre.
Además, aprendemos cómo nos perciben y evalúan los demás.
Nos ayuda a ampliar nuestra perspectiva y a mejorar. Siempre y cuando se comunique de manera constructiva y con una pizca de positividad.
Ten esto en cuenta la próxima vez que ofrezcas retroalimentación a alguien.
¿Sueles dar retroalimentación a menudo? ¿Cuidas tu forma de dar feedback a los demás?