La vida puede parecer bien en la superficie. Pero debajo, puede haber desorden, caos e incluso agobio.
Es algo que muchos de nosotros experimentamos: distracciones infinitas, decisiones interminables y responsabilidades que nos tiran en todas direcciones. Sin duda, es fácil sentir que lo único que hacemos entre el ruido y la turbulencia es ir a la deriva.
Hay una cosa que puede ayudar: un plan de crecimiento personal.
Claro, con él estás marcando objetivos de carrera y metas de acondicionamiento físico. Pero es mucho más que eso. Se trata de una transformación real, de lograr equilibrio y encontrar satisfacción en un mundo que está lejos de ser estable.
«Puedes tener la vida que realmente deseas«, dice Jon Butcher, el fundador de Lifebook, en su programa de Mindvalley con el mismo nombre. Y comienza con tener una claridad absoluta sobre lo que realmente te importa y crear un plan que refleje la vida que estás destinado a vivir.
¿Qué es un plan de crecimiento personal?
Un plan de crecimiento personal es exactamente lo que parece: una estrategia consciente y deliberada sobre cómo quieres evolucionar en diferentes aspectos de tu vida. Te ayuda a evitar ir a la deriva en las rutinas diarias y te empodera para afrontar los desafíos mientras avanzas hacia tus metas.
Es diferente del establecimiento de metas tradicional, donde solo se aborda un aspecto a la vez. En cambio, esta estrategia de mejora personal toca cada categoría crucial: desde la salud y las relaciones hasta las finanzas, el bienestar emocional y los intereses intelectuales.
El problema es que muchos de nosotros perseguimos lo que la sociedad nos dice que nos hará felices: más dinero, un mejor trabajo, una casa más grande, todo sin preguntarnos si esas cosas coinciden con nuestros valores más profundos.
Es un poco como Rachel Green de Friends: “Es como si toda mi vida, todos me hubieran dicho, ‘¡Eres un zapato!’ Bueno, ¿y si no quiero ser un zapato? ¿Y si quiero ser un bolso? ¿O un sombrero?”
Según Greta Siauciunaite, una coach de felicidad certificada y facilitadora de Lifebook, este es un error común que las personas suelen cometer.
Las personas no se conectan realmente con lo que quieren, sino que simplemente miran lo que otros están haciendo.
Greta Siauciunaite, coach de felicidad certificada y facilitadora de Lifebook
Pero cuando cambias tu enfoque hacia el crecimiento personal, comienzas a descubrir lo que realmente importa. Ganas claridad sobre quién eres, qué es lo que realmente deseas y cómo navegar por los altibajos de la vida.
El crecimiento personal no es solo para ti; también afecta a quienes te rodean. A medida que creces, te vuelves más consciente de ti mismo, emocionalmente equilibrado y realizado, lo que mejora naturalmente tus relaciones. Te conectas mejor con los demás, los apoyas y tienes un mayor impacto en sus vidas.
Como dice Jon: “El momento en que decides empezar a vivir tu vida según tus propios términos, es cuando todo cambia”.
3 ejemplos de un plan de crecimiento personal
Cuando te sientes atrapado en la vida, la idea del crecimiento personal puede parecer abrumadora. ¿Por qué deberías hacerlo? ¿Qué debes hacer? ¿Por dónde empiezas?
Son grandes preguntas, y realmente todo se reduce a encontrar un método que funcione para ti. De hecho, no hay un camino único que funcione para todos.
Tu vida es tuya; es única para ti, y las respuestas que necesitas para crear una vida extraordinaria están dentro de ti, esperando a que las descubras.
Jon Butcher, entrenador del programa Lifebook de Mindvalley
Como para Rachel, fue dejar su trabajo de camarera en Central Perk para perseguir su sueño de trabajar en la moda. Pero si eso no es tu estilo, hay muchos ejemplos de planes de crecimiento personal que podrían resonar mejor contigo.
Aquí tienes tres que puedes explorar:
El método de metas SMART
Si ya llevas unos años en tu camino profesional, es probable que hayas escuchado hablar de las metas SMART. No solo es una forma inteligente de trabajar para alcanzar lo que quieres, sino que las letras son siglas, cada una con su función específica:
- Específico (Specific). La meta debe ser clara y detallada.
- Medible (Measurable). Necesitas una forma de rastrear tu progreso.
- Alcanzable (Achievable). La meta debe ser realista y estar dentro de tu alcance, basándote en tus recursos y tiempo actuales.
- Relevante (Relevant). La meta debe alinearse con tus objetivos de vida más grandes y tus valores.
- Con límite de tiempo (Time-bound). Establece un plazo o cronograma para crear urgencia y un sentido de responsabilidad.
Tomemos el ejemplo del acondicionamiento físico. Podrías establecer una meta para correr una carrera de 5 km (específica), rastreando tu progreso y aumentando la distancia en un 10% cada semana (medible), con el objetivo de lograrlo en dos meses (alcanzable), como parte de tu plan para mejorar tu salud general (relevante), con la carrera programada para el final del período de dos meses (con límite de tiempo).
Este método sirve como una hoja de ruta clara, haciendo que el proceso de tu crecimiento personal sea más manejable y menos abrumador.
El enfoque de los 7 hábitos
Este marco proviene del libro Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de Stephen Covey. Él describe siete hábitos clave que pueden fomentar la efectividad personal y profesional:
- Sé proactivo. Toma control de tus acciones y reacciones. En lugar de solo responder a lo que ocurre a tu alrededor, enfócate en lo que realmente puedes cambiar.
- Empieza con un fin en mente. Piensa hacia dónde quieres ir en la vida. Ya sea en tu carrera, salud o relaciones, imagina el resultado final y luego identifica los pasos que te llevarán allí.
- Pon lo primero, primero. No te centres solo en lo que parece urgente; prioriza lo que realmente es importante para tus metas a largo plazo.
- Piensa en ganar-ganar. Al trabajar con otros, busca soluciones que beneficien a todos. Esta mentalidad ayuda a construir mejores relaciones y fomenta la cooperación.
- Busca primero entender, luego ser entendido. Antes de compartir tus propias ideas, tómate un momento para escuchar realmente a los demás. Esto hace que la comunicación sea más clara y te ayuda a conectarte mejor.
- Sinergiza. Recuerda que la combinación de diferentes ideas suele llevar a los mejores resultados. Se trata de colaborar y sacar lo mejor de todos.
- Afile la sierra. No olvides cuidarte a ti mismo. Recarga tus energías regularmente—ya sea a través del ejercicio, el aprendizaje o la relajación—para seguir creciendo y mejorando en todas las áreas de la vida.
Como escribe Stephen en su libro: “La felicidad, como la infelicidad, es una elección proactiva”. Y estos siete pasos pueden ayudarte a construir proactivamente una vida de crecimiento y realización.
Lifebook
Mientras que los dos primeros métodos se enfocan en un aspecto del crecimiento a la vez, Lifebook adopta un enfoque diferente. Te anima a crear una visión clara para toda tu vida—12 aspectos de ella, de hecho:
- Salud y estado físico
- Vida intelectual
- Vida emocional
- Carácter
- Vida espiritual
- Relación amorosa
- Paternidad
- Vida social
- Vida financiera
- Carrera profesional
- Calidad de vida
- Visión de vida
Este enfoque holístico asegura que cada parte de tu vida esté alineada con tus valores y aspiraciones, sin dejar ninguna área descuidada.
Como dice Missy Butcher, co-entrenadora del programa Lifebook en Mindvalley (y también esposa de Jon): “Lifebook se trata de conocerte a ti mismo, y si vas a engañarte, entonces no vas a creerte a ti mismo”.
¿Qué incluir en un plan de desarrollo personal?
Puedes seguir la ruta tradicional—centrarte en un aspecto a la vez—si eso es lo que mejor funciona para ti. Sin embargo, si estás buscando un plan de desarrollo personal más integral, puedes considerar Lifebook.
La belleza de este método radica en comprender que los diversos aspectos de la vida están profundamente interconectados. Cuando mejoras en un área, naturalmente elevas las demás, y viceversa.
Por eso es importante considerar todo:
- Salud y estado físico: Cómo defines el bienestar físico para una vitalidad a largo plazo.
- Vida emocional: Cómo quieres sentirte a diario, incluyendo la gestión del estrés y el cultivo de emociones positivas.
- Vida intelectual: Las habilidades o conocimientos que deseas adquirir para mantener tu mente aguda.
- Carrera profesional: Reflexiona sobre lo que te traería satisfacción en tu trabajo más allá de simplemente ganar un sueldo.
- Vida financiera: Cómo planeas gestionar y hacer crecer tus finanzas para alcanzar tus metas futuras.
- Relación amorosa: La calidad de tu relación romántica y los pasos para mejorarla.
- Paternidad: Cómo quieres desempeñarte como padre y fomentar el crecimiento de tus hijos.
- Vida social: Las amistades y conexiones que deseas construir y mantener.
- Carácter: Las virtudes, como la paciencia o la resiliencia, que quieres desarrollar.
- Vida espiritual: Tus creencias espirituales y cómo te conectarás regularmente con ellas.
- Calidad de vida: El estilo de vida, las experiencias y el entorno que te brindan alegría.
- Visión de vida: Una imagen clara de la vida que quieres crear en los próximos cinco, diez o veinte años.
A medida que profundices en estas categorías, recuerda que solo tú puedes definir lo que el éxito significa en tu vida.
“Tu vida es tuya; es única para ti”, señala Jon. “Y las respuestas que necesitas para crear una vida extraordinaria están dentro de ti, esperando a que las descubras”.
Desarrolla un plan de crecimiento personal en 4 pasos
Un plan de crecimiento personal verdaderamente efectivo no tiene que ser complicado. No tienes que hacer como Rachel y dejar a su prometido Barry en el altar porque no quería ser un zapato.
En cambio, cuando busques cómo escribir un plan de crecimiento personal, puedes reflexionar sobre las áreas clave de la vida para diseñar uno extraordinario que funcione para ti.
«Cuando tienes una visión absolutamente clara de la vida que quieres vivir, cuando sabes exactamente hacia dónde te diriges y en quién quieres convertirte, entonces todas tus metas están alineadas«, dice Jon. «Todas están dirigidas al mismo objetivo«.
Aquí tienes cuatro preguntas que puedes hacerte en cada área de tu vida, inspiradas en el método Lifebook:
1. Premisa: ¿Qué creo?
«Tus creencias controlan tus pensamientos, tus decisiones y tus comportamientos, y por lo tanto, tu destino«, explica Jon.
Si tus creencias son limitantes, pueden frenarte sin que te des cuenta. Por ejemplo, si crees que el dinero es la raíz de todos los males, entonces no importa qué tipo de visión o estrategia tengas, probablemente te autosabotearás financieramente de manera inconsciente.
Por otro lado, si tus creencias son empoderadoras, puede tener el efecto contrario: abrirás nuevas posibilidades.
El beneficio de esta reflexión es tomar conciencia de lo que está impulsando tu comportamiento. Una vez que identifiques esas creencias fundamentales, puedes decidir si te empoderan o si necesitan ser cambiadas.
2. Visión: ¿Qué quiero?
Ver esos estilos de vida lujosos en las redes sociales puede ser adictivo. Pero la realidad es que lo que hace feliz a una persona puede no hacerte feliz a ti.
Solo hay que mirar a Rachel. Mientras que su mejor amiga Mindy podía vivir esa vida de casarse con un doctor y ser la «Señora Doctor Barry Farber», Rachel renunció a eso para vivir una vida más independiente, fuera de las expectativas de su familia y su comunidad.
La clave de todo esto es la claridad mental. Sin tener claro lo que quieres, corres el riesgo de dejarte llevar por la vida o seguir la idea de éxito de otra persona.
Y una vez que tienes claridad, puedes enfocar tu energía en hacer que suceda.
3. Propósito: ¿Por qué lo quiero?
La investigación muestra que tener un propósito claro es crucial para encontrar significado en la vida. Cuando reflexionas sobre tu «por qué», te mantiene en marcha cuando las cosas se ponen difíciles, da sentido a tus metas y te hace más resiliente.
Jon explica bien esta idea en el programa Lifebook. «La mayoría de las personas quieren ganar más dinero del que están ganando ahora. Bueno, ¿por qué?», pregunta. ¿Para tener cosas más bonitas? ¿Un mejor auto? ¿Una casa más grande? Esa es una razón aceptable, supongo, pero probablemente no te hará saltar de la cama en la mañana listo para enfrentar el día y dar lo mejor de ti.»
En su lugar, sugiere mirar el panorama general: cómo el éxito financiero puede traer libertad, reducir el estrés y mejorar tu bienestar general, física, intelectual y emocionalmente.
Cuando tu «por qué» es claro y personal, como querer más libertad financiera para mejorar tu calidad de vida, es mucho más probable que te mantengas motivado y enfocado en alcanzar tus metas.
4. Estrategia: ¿Qué puedo hacer para lograrlo?
Es genial tener grandes metas, pero a menos que tengas un plan, se quedarán como simples deseos. Hacerte esta pregunta te obliga a desglosar esas metas en pasos accionables.
«Una vez que definimos las estrategias correctas, seremos capaces de tomar acciones inteligentes y enfocadas todos los días, y simplemente acercarnos cada vez más a nuestra visión de vida, de manera consistente, paso a paso, todos los días, cada mes, cada año«, dice Jon.
Es esencialmente una hoja de ruta que convierte tu visión en realidad. Cada pequeño paso—a través de hábitos diarios, rutinas o aprender nuevas habilidades—te acerca. A medida que progresas, la confianza y la claridad que ganas alimentan aún más el impulso.
Y recuerda, la clave no es solo tener un plan, sino también ser lo suficientemente flexible como para adaptarlo y refinarlo cuando sea necesario. Esto te asegura mantener el rumbo, incluso cuando la vida te presente desafíos.
Qué hacer y qué no hacer al crear un plan de crecimiento personal
Como facilitadora de Lifebook, Greta ha visto mucho… cosas que funcionan y cosas que no. Y comparte algunos simples consejos sobre qué hacer y qué evitar cuando estás creando un plan de automejora.
Qué hacer:
- Haz que sea tu plan. No crees metas basadas en lo que otros esperan de ti.
- Considera la visión a largo plazo de cómo quieres que se vea y se sienta tu vida.
- Practica la reflexión crítica. Dedica tiempo a escucharte y escribir lo que deseas de la vida.
- Ten un sistema de apoyo con quien compartir tus logros y desafíos.
- Mantente flexible. La vida lanzará retos inesperados—aprende a adaptarte sin sentirte como un fracaso.
Qué no hacer:
- No compares tu camino con el de los demás. Tu plan de crecimiento es único para ti.
- No te sobrecargues con demasiadas metas. Empieza poco a poco y construye el impulso.
- No selecciones metas a corto plazo que solo te hagan sentir bien ahora.
- No olvides celebrar los pequeños logros. Cada paso adelante es progreso.
- No te desanimes por los contratiempos. El fracaso es parte del proceso, así que reencuádralo como una oportunidad para aprender y crecer.
Despierta lo extraordinario
Crear un plan de crecimiento personal es tomar el control de tu vida, al igual que Rachel Green en Friends se dio cuenta de que no tenía que ser un «zapato».
Si estás listo para dejar de conformarte y empezar a vivir la vida en tus propios términos, la masterclass “Crea tu propia versión de una vida ideal y hazla realidad con Lifebook, el mejor sistema de establecimiento de metas del mundo” con Jon y Missy Butcher puede guiarte.
Organizada por Vishen Lakhiani, esta introducción gratuita al programa «Lifebook» te ayudará a diseñar una hoja de ruta personalizada en las 12 dimensiones de tu vida—para que puedas elegir ser un bolso, un sombrero o cualquier cosa que sueñes.
Estoy tan agradecida y feliz de haber encontrado este increíble programa y camino de vida.
Camille, miembro de Mindvalley
Al igual que Camille, una dueña de guardería y aspirante a sanadora energética en EE.UU. Antes del programa, estaba divorciada, con tres hijos y «llena de ira y agotamiento«. Pero durante Lifebook, reavivó un poderoso amor con su exmarido, inició tres nuevos negocios, perdió 45 kilos en dos meses y ahora cría a sus hijos con una actitud positiva y compasión. «Estoy tan agradecida y feliz de haber encontrado este increíble programa y camino de vida«, comparte en Mindvalley Stories.
La transformación de Camille muestra lo que es posible cuando abrazas este viaje. Y tu vida extraordinaria puede comenzar hoy. Lo único que espera es que digas «sí».
Bienvenido/a.