Entre más entiendas cómo funciona tu memoria, más capaz serás de mejorarla. En este artículo exploraremos cómo funciona la memoria y cuál parte del encéfalo (lo que comúnmente conocemos como cerebro) controla la memoria.
¿Cómo funciona la memoria?
Antes de que comencemos a indagar en la geografía neural de la memoria, es importante responder completamente la pregunta: ¿cómo funciona la memoria?
Aunque generalmente usamos la analogía de acceder a los recuerdos mediante la búsqueda en un tipo de ‘gabinete de archivos mentales,’ los mecanismos reales de la memoria son mucho más dinámicos. Una mejor analogía sería el conectar tu mente a través de un tipo de cable de ethernet mental — y la fuerza de la conexión a la red estaría basada en cómo se subió el evento al encéfalo.
Hum, suena a algo muy complicado, ¿cierto? Bueno, vamos a sumergirnos de lleno.
El proceso de consolidación de la memoria
La consolidación de la memoria es la habilidad del encéfalo para procesar eventos y convertirlos en recuerdos.
Cuando ciertos neurotransmisores están presentes en el encéfalo , permiten que las células nerviosas (neuronas) se comuniquen unas con otras a través de conexiones sinápticas. Una vez que dos neuronas se disparan al mismo tiempo más de una vez, será más probable que se disparen en conjunto de nuevo (es como si fueran amigas). Una vez que un mensaje ha sido completamente comunicado, tienes consolidación de la memoria.
La neurociencia de la capacidad para recordar
Entonces, ¿cómo haces los ajustes finos para actualizar la conexión de ethernet mental para lograr una capacidad mejorada para recordar? Mediante la construcción de secuencias (caminos) neurales.
Básicamente, tener una capacidad poderosa para recordar significa tener conexiones sinápticas fuertes — entre mejor sean tus células para comunicarse las unas con las otras, serás capaz de acceder a tus recuerdos más rápida y certeramente. Puedes fortalecer estas conexiones sinápticas mediante el envío más frecuente de señales, haciendo que las neuronas se comuniquen más a menudo. Esto abre una secuencia (camino) neural fuerte y clara — es como cuando hay un camino de senderismo por el que se viaja más, se vuelve más fácil caminar por él.
El encéfalo funciona de esta forma porque es neuroplástico, lo que significa que está constantemente cambiando de forma y estado para adaptarse a tus necesidades presentes. Por ejemplo, ¿realmente necesitas recordar todos los nombres de los niños con los que fuiste a la escuela primaria? Ya que no es así, tu encéfalo funciona de esta forma práctica: si no hace falta, se olvida. Gracias a este proceso de neuroplasticidad, tu cerebro es capaz de constantemente internalizar nueva información y adaptarse rápidamente a las necesidades del ahora.
¿Cuál parte del encéfalo que controla la memoria?
Tal vez ahora te estés preguntando: ¿cuál parte del encéfalo controla la memoria?
La respuesta a esta pregunta puede ser un poco más compleja de lo que crees. La verdad es que no hay una parte dedicada exclusivamente a la memoria en el encéfalo. De hecho, los distintos tipos de recuerdos se guardan en diferentes lugares a través de todo el encéfalo.
¿Dónde se guardan los recuerdos en el encéfalo ?
La memoria encefálica (cerebral) es un tema complejo, pero trataremos de explicar lo mejor que podamos dónde se guardan los recuerdos en el encéfalo al enfocarnos primero en dos tipos de memoria diferentes: la memoria implícita y la memoria explícita.
Entonces, ¿cuál parte del encéfalo controla la memoria? Todas sus diferentes regiones interconectadas funcionan en conjunto para crear la “parte dedicada a la memoria en el encéfalo”. Todas y cada una juegan su rol único tanto en la consolidación de la memoria como en su capacidad para recordar.
La memoria explícita
Para definir completamente la memoria explícita, debemos analizarla en dos partes: episódica y semántica:
- Los recuerdos explícitos episódicos están basados en eventos de la vida real que te han ocurrido a ti.
- Los recuerdos explícitos semánticos son una serie de hechos generales e información.
Una vez que puedas definir la memoria explícita, podrás comenzar a aprender las áreas del encéfalo involucradas en su formación. Hay tres áreas del encéfalo involucradas: la amígdala, el hipocampo, y la neocorteza.
La amígdala
La amígdala está definida por su forma de almendra, su localización en el lóbulo temporal y su capacidad para incorporar significado emocional a recuerdos en particular.
Las emociones juegan un rol enorme en nuestros procesos de memoria. Esto se vuelve evidente cuando te das cuenta cuán emocionales son tus memorias más poderosas. ¿Recuerdas dónde estabas y lo que estabas haciendo cuando escuchaste por primera vez lo que había ocurrido el 11 de septiembre? La mayoría de las personas sí lo recuerda; incluso si tan sólo tenían 8 años en aquel momento. Esto se debe a que fue una experiencia emocional más profunda. En un ejemplo más común, todos en general recordamos los detalles más mínimos de nuestro primer beso (ayyy).
La amígdala es especialmente buena para reforzar las memorias que tienen relación con el miedo — los científicos suponen que esto es de hecho un don de supervivencia muy útil que viene del encéfalo. ¿Recuerdas cuán enfermo te pusiste cuando comiste esas bayas? Tu encéfalo se asegurará de que nunca vuelvas a comer esas bayas venenosas de nuevo.
El hipocampo
El hipocampo está localizado en lo profundo del lóbulo temporal medial de nuestro encéfalo y es responsable de ayudar a crear memorias explícitas. La función de esta sección del encéfalo es transferir la memoria a corto plazo hacia la memoria a largo plazo; sin embargo, los recuerdos no se guardan aquí permanentemente. El hipocampo mantiene el ritmo de retención de los abundantes recuerdos dentro del mismo mediante la creación constante de nuevas neuronas. Lee nuestro artículo más exhaustivo para saber: Cómo memorizar eficientemente y mejorar tu memoria a corto plazo.
La neocorteza
A la neocorteza se le distingue frecuentemente por su apariencia arrugada. Es la parte más grande de la corteza cerebral, y sin embargo es un simple manto de tejido neural que se forma fuera del encéfalo.
Después de que la información es transferida desde la memoria a corto plazo hacia la memoria a largo plazo en el hipocampo, se mueve hacia la neocorteza para ser guardada permanentemente. Las investigaciones sugieren que este proceso se lleva a cabo mientras dormimos. Esto es probablemente el porqué dormir es tan importante cuando estudiamos y retenemos información.
La neocorteza también está involucrada en los procesos de razonamiento espacial, lenguaje, generación de habilidades motoras y la percepción sensorial.
Los recuerdos implícitos
Los recuerdos implícitos son recuerdos a los que accedemos sin ser conscientes de las experiencias pasadas de las que los obtenemos. Por ejemplo, la memoria muscular — no tenemos que pensar en los eventos que causaron que nuestro encéfalo le dijera a nuestros músculos cómo moverse. Todo esto ocurre inconscientemente.
Hay dos áreas del encéfalo que funcionan para conservar nuestros recuerdos implícitos: los ganglios basales y el cerebelo.
Los ganglios basales
Los ganglios basales son estructuras que viven dentro de nuestro encéfalo. En particular, nos ayudan con las secuencias de coordinación de la actividad motora. Usamos estas secuencias durante actividades tales como bailar, tocar un instrumento y jugar fútbol.
Estas estructuras también están involucradas en procesos tales como la formación de hábitos (lo cual tiene sentido cuando piensas en cómo la memoria muscular parece un hábito), el movimiento, el aprendizaje, la emoción y el procesamiento de recompensas.
El cerebelo
El cerebelo está localizado en la base del encéfalo, justo hasta la parte posterior. A diferencia del control motor general, el cerebelo se enfoca en el control motor fino — el tipo de control que nos ayuda con actividades de detalle, tales como aprender cómo sostener un arco justo un grado ligeramente más alto para acertar en el blanco.
Conclusión
La memoria es una función cerebral esencial que nos permite almacenar y recuperar información a lo largo de nuestra vida. Aunque diversas áreas del encéfalo están involucradas en este complejo proceso, el hipocampo juega un papel fundamental en la formación de nuevos recuerdos y en la consolidación de la memoria a largo plazo.
Además, estructuras como la corteza cerebral y la amígdala contribuyen a la recuperación de recuerdos y a la asociación emocional con ellos. Entender cómo funciona la memoria no solo nos ayuda a apreciar la complejidad del cerebro humano, sino que también puede ofrecer perspectivas valiosas para abordar trastornos de la memoria y mejorar nuestras capacidades cognitivas.
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