Mañana tienes la entrega del reporte que te pidieron hace 15 días. De pronto te das cuenta de que en vez de estar con la concentración al 100%, has estado navegando por internet, revisando tu email y saltando entre redes sociales.
La procrastinación te ha invadido y, como tantas otras personas, te diste cuenta cuando te quedaba muy poco tiempo para la fecha límite de entrega.
Quizá estés familiarizado o no con el término, pero lo cierto es que los estudios científicos en torno a este fenómeno son cada vez más frecuentes.
Algunos lo relacionan con la postergación. También se ha descrito como la intención de hacer una tarea y la demora innecesaria para empezarla, desarrollarla o terminarla. Todo esto aderezado con sentimientos de nerviosismo, inquietud y culpa.
La procrastinación puede ser situacional o crónica. Para evitar caer en ese último estado, vamos a entender primero las razones por la que puedes estar procrastinando y luego le daremos un vistazo a algunas estrategias para prevenirla.
Un breve autodiagnóstico
Existe una variedad de instrumentos de medición de la procrastinación. Con la ayuda de este breve test autodiagnóstico, analiza si has caído en esta trampa últimamente.
- Generalmente me demoro en comenzar el trabajo que tengo que hacer
- Cuando tengo que estar en un lugar a cierta hora, mis amigos esperan que llegue tarde
- Si alguien estuviera impartiendo un curso sobre cómo tener las cosas hechas a tiempo, yo asistiría
- Pospongo lo que tengo que hacer más de lo razonable
- Si tengo que hacer algo importante, lo hago antes de encargarme de tareas menores
- Me lamento por no haber hecho antes lo que tengo que hacer
- Tengo las cosas importantes hechas con tiempo de sobra
- Tardo varios días en realizar trabajos, incluso los que sólo requieren sentarse y hacerlos
- Cuando estoy haciendo un trabajo que debo entregar, con frecuencia pierdo tiempo haciendo otras cosas
- En los últimos meses, retrasar las cosas hasta el último minuto me ha costado dinero, afectado mi bienestar o mi eficiencia en el trabajo.
Si la mayoría de las respuestas fueron afirmativas, has caído definitivamente en esta trampa, como eventualmente lo ha hecho casi 70% de la población. Lo importante es no ingresar al 30% restante que sufren de procrastinar de manera crónica.
La ecuación de Steel
El psicólogo canadiense Piers Steel, explica en su libro Procrastinación¸que este fenómeno se sustenta en 4 causas principales. Estas causas conforman una ecuación final:
Procrastinación = Expectativa x Valoración / Impulsividad x Demora de la satisfacción
Veamos a qué se refiere cada una:
- Las expectativas acerca de si conseguiremos o no hacer una actividad. Los extremos pueden ser peligrosos. Por una parte, podemos sobrevalorar nuestra capacidad y rapidez para hacer la actividad que estamos posponiendo. Por otro lado, podemos tener el temor de no ser capaces de hacerla o no alcanzar la “perfección” con la que nos gustaría terminarla.
- La valoración y la satisfacción que le damos a la tarea. Cuanto menos valor le atribuyas a alguna tarea o menos disfrutes realizarla, más difícil te resultará. Nuestra tendencia es a posponer lo que no nos resulta placentero.Así que, probablemente, si para alcanzar una de tus metas hay algún paso “poco agradable”, podrías postergarla por no tener la satisfacción inmediata.
- El tiempo que tenemos para hacerla. Este factor se relaciona con los rasgos de impulsividad que tengamos. Si eres una persona que tiende a ser poco meticulosa, propensa a la distracción y de bajo autocontrol, tendrás más facilidad para postergar lo importante, aunque sea urgente.
4 estrategias para dejar de procrastinar
Cada vez existen más técnicas y herramientas contra el fenómeno de la procrastinación, pero escogimos estas 4 que consideramos fáciles y se sustentan en la investigación.
La regla de los 5 segundos
Mel Robbins fue la creadora de este truco, que consiste simplemente en hacer una sencilla cuenta hacia atrás empezando desde 5, y actuar. La idea es detener las dudas y aprovechar el impulso que te da saber lo que tienes que hacer y, físicamente moverte para hacerlo, pues de lo contrario tu cerebro te detendrá.
La técnica de los 10 minutos
El psicólogo Bluma Zeigarnik ideó esta técnica que consiste en ponerse a hacer la tarea solamente durante 10 minutos. Si lo haces, se disparará la inclinación natural de terminar de hacer algo cuando empezamos. Es una forma de vencer la ansiedad psicológica.
Si luego de esos 10 minutos quieres seguir con la actividad, continúa. Si no sucede, inténtalo hasta que quedes enganchado con la actividad y la termines.
Tomar el control
Hay elementos que están fuera de nuestro radio de acción. Pero hay otros dos factores que sí podemos controlar para evitar el procrastinar. El primero es eliminar las distracciones o los ladrones del tiempo, como las notificaciones del teléfono, las redes sociales, las llamadas telefónicas, entre otros.
El segundo, es manejar un calendario y establecer cuándo harás tus actividades por escrito. Dan Ariely, catedrático de psicología y economía conductual, tiene estudios que evidencian que una vez que lo escribes, hay más probabilidad de que lo hagas.
Tareas pequeñas y recompensas
En ocasiones, puedes quedar paralizado ante el proyecto que tienes que hacer y no sabes por dónde empezar. En ese caso, lo recomendable es dividirlo en pequeñas tareas. Traza un mapa, paso a paso. Pero además de todo, lo importante es establecer una recompensa para cuando termines cada tarea o, al menos, las que más te generan resistencia.
Finalmente, cada vez que tengas la tentación de procrastinar, es importante que te conectes con tu propósito.
Vincular tus actividades con las grandes metas que conforman las distintas áreas de tu vida y darle un porqué más profundo, te puede ayudar a conseguir la motivación que necesitas.
Recuerda cada cierto tiempo por qué haces lo que haces y visualízate lográndolo. Ahora que tienes todas estas estrategias, es el momento: 5, 4, 3, 2, 1… ¡Acción!
¿Qué estrategias implementarás en los próximos días para vencer la procrastinación? ¡Cuéntanos en los comentarios!