El ser humano, tiene más de un siglo intentando comprender qué es lo que impulsa a un deportista a actuar de determinada manera, a un cliente a tomar las decisiones que toma y a un empleado a persistir hasta lograr lo que tiene en mente.
¿Qué nos motiva a…? es la pregunta que resuena no solo en el campo de la psicología. También se plantea en sectores como el económico,el educativo, el deportivo y por supuesto, el empresarial.
En las próximas líneas, intentaremos comprender al deportista, al cliente, al empleado (y por supuesto a nosotros mismos). Para ello, exploraremos qué es la motivación, cuáles son sus causas y qué elementos la incrementan.
La idea, es encontrarle el por qué subyacente en las acciones y decisiones del día a día.
¿Qué es la motivación?
Curiosidad, interés y necesidad, son palabras que suelen relacionarse al concepto de motivación.
Se puede definir como, la determinación o voluntad que impulsa a la persona comportarse de cierta forma hasta lograr un objetivo.
La motivación supone una compleja integración de procesos psíquicos que determina que la persona inicie una acción (activación), se dirija hacia un objetivo (dirección) y persista en alcanzarlo (mantenimiento).
Se considera que es un proceso cíclico, que inicia con la expectativa de satisfacer una necesidad.
En este, interactúan emociones, sentimientos, tendencias voluntarias e impulsivas. También, se involucran elementos cognitivos como percepción, pensamiento y memoria.
Ahora bien, si lo vemos como un proceso que impulsa a la persona a moverse a una acción, surge necesariamente la pregunta ¿por qué lo hace?
¿Cuáles son las causas de la motivación?
Un siglo de estudio, implica varias teorías en torno a las causas de la motivación, e intentos por explicar los factores capaces de provocarla.
En una de las primeras teorías, eran los instintos, es decir, las fuerzas biológicas con las que nacemos, el principal motor.
Posteriormente, al enfoque evolucionista, surgieron teorías en las que indicaban que las necesidades fisiológicas eran la razón que nos impulsaba a la acción.
En otra, se consideraba que el ser humano busca un nivel óptimo de excitación, en el que no se generaran extremos como el aburrimiento o el estrés, por lo que aquello que nos motivaba, era el equilibrio.
Finalmente, surge la jerarquía de necesidades de Maslow. En esta se explican una serie de necesidades básicas y luego otras más complejas, que deben satisfacerse de manera paulatina.
Se iniciaría con las necesidades fisiológicas, luego las de seguridad, le siguen las sociales y las del ego hasta llegar a la cúspide, la autorrealización.
Posteriormente, surgen otras teorías en las que cabe destacar la de la Autodeterminación.
En ella, se plantea que el hombre es un ser en constante búsqueda de su bienestar y de su crecimiento integral. Por ello, identifica tres necesidades psicológicas innatas la competencia, la autonomía y las relaciones.
Es decir, la teoría de la autodeterminación, asegura que nos sentimos motivados por 3 razones:
- Queremos experimentar el dominio de ciertas habilidades.
- Buscamos dirigir nuestra vida de forma independiente.
- Procuramos estar interconectados con otros.
¿Cuáles son los tipos de motivación?
Motivación positiva o negativa
Supone hacer o dejar de hacer algo, porque su resultado es deseable y agradable o por el contrario es desagradable e implica malestar.
En el primer caso, es motivación positiva y es probable que la conducta se repita. El segundo caso, es la negativa y suele generar en el largo plazo ansiedad o miedo, por lo que no suele recomendarse..
Motivación primaria o social
La motivación primaria, es aquella vinculada a la cobertura de necesidades biológicas y de supervivencia. Se busca entonces restablecer el equilibrio del organismo.
La motivación social, es la vinculada a la interacción entre los individuos. Esta responde a las necesidades de afiliación, seguridad, reconocimiento y aceptación.
Motivación intrínseca y extrínseca
La motivación intrínseca, es aquella en la que hacemos algo por el gusto de hacerlo, porque nos da placer, porque es interesante o agradable.
Esto, independientemente de si obtenemos o no un reconocimiento. Lo que suele mover a las personas a la acción, serían la novedad, la belleza o el desafío.
La motivación extrínseca, es aquella en la que se realiza una acción por su beneficio externo es decir, existe una presión externa que puede ser una recompensa o un castigo.
La teoría de la autodeterminación, incluye otros tipos de motivación extrínseca, que se determinan por el grado de autonomía que la persona siente.
El primer tipo, es la introyección en la que hacemos algo, también por una presión, pero interna.
En este caso, nuestra acción es conducida por un “debería”, porque sientes culpa o porque te sentirás orgulloso al realizarlo.
El segundo tipo de motivación extrínseca, es la identificación.
Aquí, la acción se realiza porque hay una afinidad con el logro, está acorde a las metas personales.
Finalmente, está la integración que supone la de mayor grado de autonomía.
Esta surge cuando hay una identificación de la actividad, pero además se relaciona con el sentido de vida, con lo que la persona es.
La gran diferencia con la motivación intrínseca, es que en el caso de la integración la actividad, puede ser desagradable.
Amotivación o desmotivación
En esta, la persona carece de intención de actuar, principalmente porque no existe una razón para hacerlo.
Esto se debe a que, el resultado carece de importancia, no es interesante o la persona no se siente competente para lograrlo.
La pregunta final
El intento por comprender qué es lo que impulsa a actuar a deportistas, empleados, clientes, etc, tiene como trasfondo, el deseo de influencia.
Hacer atractivo que otros (llámense amigos, familiares o nosotros) actúen o dejen de actuar de determinada manera, no radica en simple manipulación . Puede significar mejoras en la sociedad, o generar un impacto positivo en nuestro bienestar global.
La pregunta final sería: ¿cómo aumentar la motivación en el otro o en nosotros mismos?
La ciencia, continúa estudiando las maneras en que puede incrementarse la motivación y oscila entre dos perspectivas: la primera, sería a través de la dupla castigo – recompensa y la segunda, a través de la tríada autonomía-maestría-propósito.
Estas dos tendencias, no son más que la promoción de la motivación extrínseca versus la motivación intrínseca.
Si tuvieras que aplicarlo en tu caso personal, ¿qué tan efectiva sería para ti una recompensa o un castigo por mejorar tu desempeño en el trabajo? ¿Cómo consideras que puedes motivar a tu vecino a hacer el bien en su entorno? No dejes de compartir con nosotros tu opinión.
